Morderse las uñas es una manía que muchas personas tienen y que incluso algunas lo hacen de forma inconsciente; técnicamente a este hábito se le conoce como onicofagia. "Es más frecuente en los niños, pues lo presentan un 30% de ellos, entre los siete y diez años, y puede llegar al 45% de los adolescentes", muestra la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). No obstante, cada vez son más los adultos que se muerden las uñas, teniendo en cuenta que este impulso está muy vinculado con las situaciones de estrés, ansiedad o nerviosismo.
Aunque a priori puede parecer un comportamiento banal, la realidad es que tiene consecuencias negativas para la salud, y más aún cuando no sólo se comen las uñas, sino también los padrastros, es decir, la piel que rodea a las uñas. Debido a lo normalizado que está morderse las uñas, y la falta de conocimiento de los riesgos para la salud al respecto, el conocido @enfermerojorgeangel trata el asunto en sus redes sociales.
Algunas de las consecuencias negativas para la salud de morderse las uñas, que detalla el profesional, son las siguientes:
Expertos de la Universidad Veracruzana, en México, también detallan otras secuelas que caracterizan a la onicofagia:
El diagnóstico de la onicofagia es sencillo, pero acabar con este ya no tanto. El @enfermerojorgeangel propone vendarse con un esparadrapo las uñas, cortárselas con regularidad, aplicarse un esmalte específico para ello y que tiene un mal sabor o ponerse unas fundas en los dientes durante un tiempo que impida o dificulte mordérselas.
Además de estas recomendaciones, en ocasiones lo más efectivo suele ser tratar la causa que induce a morderse la uñas, es decir, el estrés, la ansiedad o el nerviosismo. "En ocasiones un psicólogo nos ayudará a superar la ansiedad, u otros problemas, a mejorar la autoestima, y eliminar el sentimiento de culpa que el afecto pueda tener. O también las conductas compulsivas", explica la SEMI. Sin embargo, otra veces los adultos abandonan este comportamiento, pero se pasan al tabaco o al chicle, hábitos que tampoco están exentos de consecuencias perjudiciales para la salud.