Antes de coger un vuelo, un tren o, simplemente el coche particular, para hacer un viaje, la mayoría de las personas planean y planifican todo lo que van a hacer durante los días, semanas e incluso los meses previos a este, aunque también los hay que van "de locura", especialmente los jóvenes. Sin embargo, esta segunda opción no todo el mundo puede hacerla, y no sólo eso, sino que deben algunas personas deben planificar sus vacaciones de acuerdo a sus condiciones, como es el caso de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Esta patología es una condición crónica "de causa desconocida en la que se produce inflamación del colon y/o intestino delgado y que se presenta en forma de brotes", explican desde el Hospital Clínic de Barcelona. La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son las dos patologías que engloba dicha condición. Entre los 20 y los 30 años es la franja de edad en la que se suele diagnosticar dicha afección, aunque también puede aparecer en personas con edades más avanzadas.
El hándicap de esta condición crónica es que no sólo se trata con fármacos, sino que también es fundamental adoptar hábitos saludables y mantenerlos en el tiempo: una buena higiene del sueño, actividad física regular, adecuada salud emocional, evitar las sustancias tóxicas, salud sexual satisfactoria, cuidado de la piel frente a la exposición solar... Aunque estos hábitos son recomendables para toda la población, para los pacientes con EII aún mas, ya que pueden ser determinantes para agravar, o no, los síntomas.
Cómo planificar un viaje con EII
Viajar no es un impedimento para las personas con enfermedad inflamatoria intestinal, pero para que esta no impida el disfrute óptimo de las vacaciones, desde la Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD) aconsejan seguir los siguientes puntos:
Planificar el viaje con antelación. Esto significa que la persona con EII debe informar del viaje a su médico, asegurarse de que lleva la medicación suficiente junto con la receta, así como "un informe médico en un idioma adecuado".
Consultar los requisitos de vacunación. Para viajar a algunos lugares se requieren ciertas vacunas, por lo que las personas con EII antes de ponérselas deben preguntar a su médico por si presentaran contraindicaciones con su tratamiento.
Conocer el país de destino. Para evitar imprevistos, tanto el paciente como sus compañeros de viaje deben tener un plan de acción de acuerdo a su enfermedad; para ello es necesario conocer los hospitales, clínicas y especialistas que disponibles en la zona. La FEAD recomienda la plataforma IBD Passport, "diseñada para ayudar a los viajeros con enfermedad inflamatoria intestinal".
Escoger un seguro de viaje adecuado que cubra las enfermedades preexistentes con gastos médicos, farmacéuticos y de hospitalización.
Investigar las opciones alimentarias. Teniendo en cuenta que es fundamental que las personas con EII mantengan una dieta saludable, es conveniente tener localizados restaurantes o supermercados cercanos con opciones gastronómicas acordes a su alimentación.
Hidratarse: clave para no agravar los síntomas de la EII.
Evitar infecciones bebiendo siempre agua embotellada, incluso para lavarse los dientes, y mantener una correcta higiene de manos, "especialmente antes de las comidas, para prevenir infecciones gastrointestinales".