¿Qué es la diarrea del viajero? La patología que afecta al 40% de los que visitan los países del trópico
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La duración del viaje, el tipo de turismo y las condiciones higiénicas del hospedaje son factores de riesgo
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¿Se puede evitar la diarrea del viajero?
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¿Cómo deben planificar las vacaciones las personas que sufren la enfermedad inflamatoria intestinal?
Cada vez son más las personas que deciden cruzar fronteras y explorar las culturas de otros continentes durante sus vacaciones de verano, sin embargo, esta aventura lleva consigo una serie de riesgos para la salud, entre los que destaca la diarrea del viajero.
Se trata de una infección por una bacteria, virus o parásito que afecta aproximadamente al 40% de los viajeros procedentes de países desarrollados cuyo destino tiende a ser África, el sudeste asiático, América Central y del Sur, aunque el resto del mundo tampoco está exento.
Es cierto que la mayoría de las veces esta patología no supone un problema preocupante, pero sí es conveniente prestar atención a los síntomas así como seguir una serie de recomendaciones para evitarla, teniendo en cuenta que puede afectar a la planificación del viaje hasta el punto de que te obligue a permanecer en la cama un par de días.
Aunque cualquier persona está expuesta a sufrir esta enfermedad, los niños, los jóvenes entre 15 y 30 años, los ancianos, las mujeres embarazadas, las personas con diabetes, VIH, enfermedad inflamatoria intestinal, en tratamiento con antiácidos o con cirugías gástricas presentan una mayor probabilidad de padecerla, enumera la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). Junto a esto, la duración del viaje, el tipo de turismo elegido y las condiciones higiénicas del hospedaje y de los establecimientos de comida también son factores de riesgo.
Síntomas de la diarrea del viajero
Los síntomas más frecuentes de la diarrea del viajero son: cuatro o más deposiciones sueltas en un día o tres o más en ocho horas que suelen ir acompañadas de náuseas, vómitos, calambres o dolores abdominales, fiebre, urgencia o dolor en la defecación. En el 20% de los casos, los afectados pueden llegar a las 20 evacuaciones diarias, y en el menor de los casos estas pueden ir acompañadas de sangre, fiebre, escalofríos, sudoración profusa e intensa debilidad -calificados como criterios de gravedad-.
Estas manifestaciones suelen aparecer durante el segundo o el tercer día del viaje; en más del 90% de los casos durante las dos primeras semanas. A un 3% de los viajeros esta diarrea le puede durar más de un mes, incluso después de volver del viaje.
¿Cómo se transmite la diarrea del viajero?
Como se ha referenciado al inicio del artículo, la diarrea del viajero se trata de una infección que "se adquiere por la vía oral a través del consumo de alimentos o bebidas contaminadas con los microorganismos, comidas pasadas o estropeadas o ingestión de sustancias tóxicas", detalla la FEAD.
Las comidas que presentan mayor riesgo son los que se encuentran en los mercados ambulantes, mientras que las más seguros son las elaborados por el propio viajero. Moluscos, mariscos, frutas no lavadas o peladas, ensaladas, mayonesa y alimentos que la contienen, leche y sus derivados, postres dulces, quesos y embutidos, son los tipos de alimentos con mayor riesgo de estar contaminados, mientras que entre los más seguros destacan el pan y sus derivados, aquellos servidos muy calientes, carnes y pescados bien cocidos, frutas con la piel intacta, peladas o lavadas por uno mismo, verduras hervidas y pastas sin huevo recién cocida.
Recomendaciones para evitarla
Aunque en ocasiones es difícil evitar la diarrea del viajero, la FEAD da una serie de recomendaciones para reducir en la medida de lo posible el riesgo de padecerla:
- No bebas agua del grifo, ni para hacer hielo, lavarte los dientes o alimentos, ni similares.
- Bebe siempre bebidas embotelladas y comprueba que no han sido abiertas previamente.
- Lávate las manos con frecuencia y usando siempre jabón, especialmente antes de comer, cocinar, ir al baño...
- Evita las ensaladas y vegetales crudos.
- Pela tú mismo la fruta.
- Evita consumir bebidas con hielo.
- Evita los alimentos crudos o poco cocinados así como los productos de los vendedores ambulantes y de establecimientos con poca higiene.
- Evita los derivados de lácteos.
El lema que da la FEAD y que aconseja no olvidar es: "Hiérvalo, cocínelo, pélelo, o de lo contrario déjelo”.