La migraña representa la segunda causa de discapacidad mundial dentro de las patologías neurológicas. En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 5 millones de personas padecen migraña y de todos estos hasta un 25% nunca ha consultado su enfermedad al médico y un 50% abandona el seguimiento tras las primeras consultas. Ante esta realidad, los expertos en la materia abogan por la creación de un plan nacional contra este problema y parece que hay buenas noticas.
Dos estudios internacionales, liderados por el grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) han demostrado que la administración temprana de fármacos específicos para la migraña mejora la evolución y puede evitar su progresión.
La jefa de Sección del Servicio de Neurología y de la Unidad de Cefalea del Hospital Vall d'Hebron, Patricia Pozo-Rosich, ha explicado, en una entrevista a EFE, que "cuando se inicia tarde el tratamiento es mucho más difícil dar marcha atrás -en la enfermedad-. Si se hacen tratamientos tempranos se puede disminuir la cronificación de la migraña".
"Por tanto, sería recomendable prescribir los medicamentos como primera línea para prevenir la migraña y conseguir mejorar la calidad de vida de los pacientes, disminuir la discapacidad que causa la enfermedad y reducir los costes socioeconómicos asociados", ha considerado la especialista.
Entre los fármacos diseñados específicamente para el tratamiento de la migraña destacan los que se dirigen a bloquear la proteína CGRP, que está relacionada con el dolor asociado a esta patología. Entre ellos se encuentra el erenumab, el primer fármaco de este grupo que salió al mercado.
El primero de los estudios liderados por Vall d'Hebron, publicado en JAMA Neurology, analizó la evolución de 621 pacientes con migraña episódica, es decir, que tenían menos de quince días de migraña al mes.
El trabajo consistió en un ensayo clínico de fase IV -en el que se estudian los efectos secundarios del medicamento tras su aprobación y a lo largo del tiempo- en el que participaron 84 centros médicos de 17 países.
Los pacientes se clasificaron en dos grupos, uno de los cuales recibía erenumab y el otro, medicación inespecífica para la prevención de la migraña, como betabloqueantes, antiepilépticos o antidepresivos, entre otros.
Los investigadores observaron que los pacientes que recibían erenumab respondían mejor al tratamiento y, de hecho, concluyeron que si un paciente recibe erenumab es hasta trece veces más probable que tenga una mejora clínica relevante al cabo de un año que si recibe un tratamiento inespecífico.
El otro estudio que ha liderado también Vall d'Hebron, publicado en Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, ha investigado qué variables influyen en la respuesta a la terapia.
El trabajo se ha llevado a cabo en unas 6.000 personas de 35 centros de siete países europeos, y en el mismo se analizaron los factores que influyen en la respuesta a las terapias anti-CGRP.
Se trata de un estudio de vida real con pacientes que previamente habían recibido fármacos inespecíficos sin respuesta y que en el momento del estudio tomaban fármacos anti-CGEP, como el erenumab, entre otros.
El doctor Edoardo Caronna, neurólogo de la Unidad de Cefalea del Hospital Vall d'Hebron, ha indicado que "los resultados subrayan la importancia de iniciar el tratamiento precozmente para conseguir mejorar la evolución de la enfermedad, sin esperar que otros fármacos inespecíficos resulten ineficaces".
El equipo observó en este estudio que había otros factores asociados a una mejor respuesta al tratamiento, como tener sólo dolor en un lado de la cabeza o no padecer depresión.