Noah Lyles compite con Covid-19 y acaba en silla de ruedas: ¿qué riesgos para su salud asumió al tomar esta decisión?

La llegada de Noah Lyles con una mascarilla a la zona de preparación para la final de los 200 metros hizo levantar las alarmas, pero no fue hasta que concluyó la competición cuando el atleta comenzó a mostrar signos de que su estado de salud no estaba al 100%. Cuando llegó a la meta este perdió todas sus fuerzas y se tiró al suelo extasiado mientras se llevaba las manos a los pulmones, seguidamente recibió asistencia médica al presentar dificultad para respirar  y abandonó la zona en silla de ruedas.

Momentos después, la Federación de Atletismo de Estados Unidos, US Track and Field, emitió un comunicado explicando el motivo del suceso, "podemos confirmar que Noah Lyles dio positivo por la Covid-19 el lunes 5 de agosto". "Nuestro principal compromiso es garantizar la seguridad de los atletas del equipo de Estados Unidos manteniendo su derecho a competir. Tras una exhaustiva evaluación médica, Noah decidió competir esta noche. Respetamos su decisión y seguiremos vigilando de cerca su estado", detalló.

Aunque el americano se arriesgó y terminó llevándose el bronce, su marca fue de 19,70, lejos de su récord personal de 19,31. Tras esto, él mismo mandó un mensaje por redes anunciando su retirada, "creo que este será el final de mis Juegos Olímpicos de 2024. No son las olimpiadas que soñaba, pero me han dejado mucha alegría en el corazón".

Los riesgos de competir con Covid-19

Pese a la preparación física y a las completas revisiones médicas con las que cuentan los deportistas olímpicos, como es el caso de Noah Lyles, hacer deporte con Covid-19 conlleva una serie de riesgos para la salud, y más aún cuando se trata de una competición de semejante exigencia física.

Es cierto que algunos estudios realizados durante la pandemia evidenciaron que existe una cierta relación entre el ejercicio físico y la sintomatología asociada al Covid-19; vieron que la práctica habitual de deporte era un factor protector contra la gravedad de la infección por SARS-CoV-2, incluidas aquellas personas que realizaban ejercicio físico intenso. No obstante, sigue siendo una enfermedad relativamente nueva y poco conocida que necesita seguir siendo estudiada.

Todo parecer indicar que el motivo por el cual al atleta le costaba respirar se debe a que esta enfermedad "tiene una puerta de entrada por el sistema respiratorio donde provoca un trastorno estructural e inicia una respuesta inflamatoria en individuos sensibles a la infección. En estos pacientes, en los que la enfermedad puede ser severa, el proceso inflamatorio en el sistema cardiovascular y respiratorio se afectan de forma predominante", explica la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMD).

El deporte moderado y adaptado puede ayudar

Cabe pensar que si la federación respetó la decisión del atleta americano fue porque presentaba un cuadro sintomatológico muy leve o incluso nulo, y su salud a priori, no corría peligro ante semejante esfuerzo físico. Tomando como ejemplo este caso, el Dr. Daniel Montero, médico de medicina del deporte en Mayo Clinic, explica cómo la practica deportiva mientras se padece la enfermedad puede mejorar los síntomas, hasta cierto punto.

Con síntomas como tos, catarro, estornudos, congestión nasal e irritación de la garganta se puede hacer ejercicio, pero con matices. "Hasta puede ayudarle a sentirse mejor porque, por ejemplo, abre los conductos nasales; pero tal vez desee reducir la intensidad y la duración de la rutina de ejercicios, así como limitar las actividades en grupo”, explica el profesional.

Sin embargo, en caso de fiebre, malestar y dolor general, cansancio, dolor de estómago, tos áspera..."lo mejor es darle al cuerpo unos días de reposo para recuperarse. La fiebre es la forma en la que el cuerpo nos avisa que hay que aflojar la marcha, y es importante escucharle", añade.