Durante las vacaciones de verano tomarse algún que otro cóctel no es algo extraño, de hecho, cuando se viaja con amigos o con la familia siempre está el típico "cocinillas" que suele ofrecerse a hacer margaritas, mojitos u otros combinados. Aunque a priori puede sonar como una gran idea, si no se tiene cuidado este hecho puede arruinarle las vacaciones a más de uno.
Tomar cócteles en verano puede suponer un problema si se abusa de la cantidad de alcohol ingerida, pero el verdadero riesgo lo asume el que lo prepara, concretamente cuando parte o exprime la lima, el limón o la naranja y seguidamente se expone al sol, pero ¿por qué?
El problema es que los cítricos contienen furocumarinas, unos agentes fototóxicos que "al entrar en contacto con la radiación ultravioleta A, es decir, la radiación solar provocan una fitofotodermatosis -reacción no inmunológica-", explica la farmacéutica Helena Rodero en su cuenta de Instagram.
Esta reacción de los cítricos al entrar en contacto con la radiación solar provoca una erupción inflamatoria de la piel que puede llegar a ser de gran intensidad; "máculas o parches eritematosos, que luego se convierten en vesículas y parecen similares a quemaduras de segundo grado, seguidas de una hiperpigmentación asintomática", describen en un estudio. Esta afección dura una media de 15 días, es muy dolorosa y tiene un aspecto bastante desagradable "hasta que se termina cayendo la piel porque se ha necrosado, es decir, se ha muerto", explica la profesional.
Teniendo en cuenta que una gran parte de los casos se han relacionado estrechamente con el consumo de margaritas al aire libre, a esta afección ya se la conoce como "margarita burn" -"quemadura de margarita" en español-. "El tratamiento requiere curas locales húmedas con corticoides tópicos y/u orales y a veces se precisa antibiótico y antihistamínicos orales", explica un trabajo publicado en la Revista Clínica de Medicina de Familia.
Aunque las reacciones que provocan los cítricos al entrar en contacto con la radiación solar son muy dolorosas, la solución no es dejar de hacer margaritas u otros cócteles que contengan cítricos sino que "esto se puede evitar lavándote las manos, el morrete y otras zonas donde te hayan podido caer los cítricos antes de exponerte al sol y aplicarte protector solar", aconseja la farmacéutica Rodero.
En esa misma línea, ella también advierte que hay que evitar darle una rodajita de limón, lima o naranja a un niño pequeño -por el mero hecho de hacer la gracia para ver qué muecas pone por su acidez- porque le puede pasar lo mismo.