A Dani Ceballos le ha durado poco la alegría; pese a que presumió de sus 150 partidos con el Real Madrid en sus redes sociales, tras ser titular ante el Betis, no terminó el partido de la forma en la que le hubiera gustado. Las malas noticias han llegado hoy, cuando el club blanco ha comunicado que "tras las pruebas realizadas hoy a nuestro jugador Dani Ceballos por los Servicios Médicos del Real Madrid se le ha diagnosticado un esguince grado III con afectación de los ligamentos en el tobillo derecho. Pendiente de evolución".
Todo apunta a que Ceballos podría estar entre seis y ocho semanas sin jugar, lo que significa que hasta finales de octubre o principios del mes de noviembre no volveremos a verle en el terreno de juego. A esta lista también se suman las bajas de Eduardo Camavinga, que no jugará hasta octubre, Jude Bellingham, que podría reaparecer tras el parón de selecciones, David Alaba, cuya recuperación va más lenta de esperado y Ferland Mendy.
Aunque durante el partido se pudo ver a Ceballos llevándose su mano hacia el tobillo derecho, mostrando ciertos signos de malestar, su diagnóstico no se ha confirmado hasta que el equipo médico del Real Madrid le ha realizado una serie de pruebas, pero ¿cuáles son estas pruebas? ¿Cómo se detecta un esguince de tobillo?
Cuando los signos y síntomas alertan de un posible esguince de tobillo, es conveniente acudir al médico para que este realice una exploración del tobillo lesionado lo antes posible, aunque antes tienden a preguntar cómo tuvo lugar la lesión, le presencia de esguinces anteriores y cuál fue la forma de tratarlos, si hay o no dolor o hinchazón...
Tras palpar la zona afecta se suelen realizar una serie de pruebas o maniobras para comprobar la estabilidad del tobillo, de las cuales destaca la prueba del cajón que "ayuda a distinguir entre los esguinces de ligamentos laterales de segundo y tercer grado". En esta prueba "los enfermos se sientan o se colocan en decúbito supino con la rodilla en flexión al menos ligera; una de las manos del médico impide el movimiento hacia adelante de la parte anterior distal de la tibia, mientras que con la otra toma el talón y tira de él en sentido anterior. El movimiento del pie hacia adelante indica un desgarro de tercer grado", detallan desde el Manual MSD.
Otras de las pruebas que también suelen realizarse, según un trabajo del equipo de Atención Primaria de Villanueva de la Cañada, son: prueba de la inversión forzada -comprobar si existe "tope" al movimiento-, prueba de la rotación externa forzada -ver si hay dolor en una zona de la estructura del tobillo- y prueba de la presión -si hay lesión también provoca dolor-.
A pesar de que para diagnosticar un esguince de tobillo no siempre es necesario una radiografía, cuando la persona afectada presenta un dolor muy intenso en alguna zona, no es capaz de caminar cuatro pasos seguidos aún sintiendo dolor o cojeando ni puede soportar peso sin ayuda, sí que es conveniente realizar una prueba por imagen cuya finalizar es detectar o descartar posibles fracturas.