Vinicius ha vuelto a reaccionar a los comentarios de la grada, esta vez en Anoeta tras marcar un gol de penalti; este se llevó los dedos a los labios para mandar callar a todos los allí presentes. No es la primera vez, ni tiene pinta de que sea la última, en la que el futbolista apela a la grada por los insultos, pitidos y comentarios que este recibe.
De hecho, la situación es tan grave que incluso llegó a decir en una entrevista con la CNN que "la mayoría de las personas en España no son racistas, pero hay un grupo pequeño que afecta a un país magnífico para vivir [...] Si las cosas no cambian hasta 2030, creo que deberían cambiar las sedes del Mundial", remarcó el futbolista, un serio aviso hacia los aficionados españoles.
Vinicius se encuentra enquistado en una situación que le provoca estar en una confrontación permanente con la grada, y tanto es así que estas reacciones le hacen perder la concentración del partido, afectando a su rendimiento deportivo. ¿Cuánto más tiempo puede mantener Vinicius esta situación? ¿Puede poner en jaque su carrera deportiva?
En ElDesmarque de Cuatro hemos preguntado a Javier Soriano, psicólogo deportivo, hasta qué punto el comportamiento del futbolista del Real Madrid puede afectar a su rendimiento deportivo, y por consiguiente, a su carrera como futbolista profesional y no ha dudado en evidenciar los peores presagios.
"Se ha demostrado que la cabeza puede arruinar una carrera deportiva y se ha dado en muchos casos a lo largo de la historia del fútbol y del deporte. Está clarísimo que una cabeza mal amueblada y que no gestiona bien los éxitos... Las redes también hacen que estas personas estén mucho más expuestas a los sentimientos de fracaso y de éxito", evidencia el profesional en salud mental.
Teniendo en cuenta esta realidad, el consejo que él da tanto al propio futbolista como al club blanco al completo es que "no busquen tanta confrontación, sino que centren sus esfuerzos en el jugador. Está claro que no es capaz de solucionarlo él solo, sino que es el equipo el que también tiene que poner de su parte".
Cuando este reacciona a la grada pierde la concentración del partido, y por consiguiente, afecta a su rendimiento deportivo. Pese a que el psicólogo deportivo desconoce la situación que rodea al futbolista, este considera que debe aprender a gestionar sus emociones con terapia.
En este trabajo no sólo se tiene que volcar el futbolista, sino también el equipo entero. "Intentaría hacerle ver que en ese momento pierde el foco de concentración y sus decisiones son más erróneas. Seria muy positivo que buscase estrategias que le ayudasen a estar más centrado en el partido como refugiarse en su círculo más cercano y apoyarse en estrategias que le bajen las pulsaciones cuando el disparador salte".