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Qué es un workaholic: señales de ser un adicto al trabajo y consecuencias de serlo

Mujer trabajando frente a una pantalla de noche y tomándose un café (Foto: Freepik)
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Seguro que en más de una ocasión habrás escuchado el término 'workaholic', y si no es así, enhorabuena, ya que te encuentras en un entorno saludable, laboralmente hablando. Aunque la palabra 'workaholic' puede parecer nueva, su traducción al español, 'adicto al trabajo', no lo es tanto. El problema no es ser un adicto al trabajo, que también, sino lo realmente preocupante es no detectar que lo eres y por ende no poner solución.

Se trata de "una persona que siente una necesidad compulsiva de trabajar de manera continua y que experimenta dificultad para desconectarse de las tareas laborales, aun cuando no sea necesario o no esté en horas de trabajo", define a ElDesmarque la neuropsicóloga clínica, Alba García.

Cabe destacar que ser workaholic no es trabajar mucho por exigencias puntuales, sino que es "una conducta patológica donde el trabajo se convierte en la prioridad absoluta, desplazando otras actividades fundamentales para el bienestar", puntualiza la profesional.

Señales que alertan de ser un workaholic

Algunas de las señales más comunes que pueden evidenciar un comportamiento adicto al trabajo son las siguientes:

  • Incapacidad para desconectar del trabajo hasta el punto de que incluso fuera del horario laboral -tiempo libre o vacaciones- se piensa en el trabajo. Revisar correos electrónicos fuera de horario o interrumpir eventos sociales por asuntos laborales son algunos de estos comportamientos.
  • Priorizar el trabajo sobre la vida personal de forma que el empleo esté por encima de la familia, las amistades, las aficiones o el descanso.
  • Sentimiento de culpa o ansiedad al no estar trabajando, es decir, el hecho de no trabajar les genera un sentimiento de culpa, ansiedad o incluso vacío que los empuja a buscar alguna tarea que los mantenga ocupados.
  • Horas de trabajo excesivas, a menudo de manera innecesaria y sin una razón concreta.
  • Perfeccionismo extremo de forma que se exigen más y más constantemente, lo cual no sólo resulta insostenible, sino que también es mental y emocionalmente agotador.

No obstante, no siempre es fácil distinguir estas señales uno mismo, sino que suelen ser las personas de alrededor las que se dan cuentan antes, motivo por el que es importante escucharles.

Hombre cansado de trabajar (Freepik)

Consecuencias de la adicción al trabajo

El workaholism puede tener consecuencias negativas tanto a nivel personal como profesional; algunas de las repercusiones más comunes incluyen:

  • Problemas de salud física: el estrés crónico derivado del exceso de trabajo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión, problemas de sueño e incluso trastornos digestivos. La falta de descanso también reduce la capacidad del sistema inmunológico.
  • Problemas de salud mental como ansiedad, agotamiento y depresión son consecuencias. El aislamiento social, la falta de tiempo para uno mismo y la constante sensación de presión contribuyen al desgaste emocional.
  • Relaciones personales deterioradas por priorizar el trabajo lo que puede llevar a la ruptura de relaciones familiares o amistosa, así como distanciamiento de parejas o hijos.
  • Disminución de la productividad a largo plazo; paradójicamente, aunque los workaholics suelen trabajar más horas, la calidad de su concentración y creatividad pueden disminuir con el tiempo debido al agotamiento.

¿Se puede tratar el workaholism?

En función de la severidad del problema, el tratamiento para este trastorno puede variar, pero algunas intervenciones efectivas incluyen:

  • Terapia psicológica, concretamente la cognitivo-conductual (TCC), comúnmente utilizada para ayudar a las personas a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que los llevan a trabajar en exceso.
    También se puede trabajar en el desarrollo de habilidades de manejo del estrés y en el establecimiento de límites saludables.
  • Aprender a delegar y a confiar en otras personas, para no sentirse sobrecargados con todas las responsabilidades.
  • Técnicas de relajación y mindfulness como meditación, yoga y otras prácticas de atención plena para que estas personas consigan enfocarse en el presente, reducir la ansiedad y aprender a desconectar del trabajo de manera saludable.
  • Establecimiento de horarios claros para el trabajo, pero también para estar con la familia, amigos...
  • Cambios en el entorno laboral de forma que sean las propias empresas las que promuevan una cultura de equilibrio entre el trabajo y la vida personal, fomentando descansos regulares y asegurándose de que las expectativas laborales sean razonables.

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