Durante la última jugada del Atlético de Madrid-Real Madrid Robin Le Normand sufrió un fuerte golpe en la cabeza. Inmediatamente después del suceso, los servicios médicos entraron en el campo para atender al central, activando así el protocolo de conmociones cerebrales. Finalmente abandonó el terreno de juego acompañado de los médicos y se dirigió al vestuario.
Dos días después del derbi, el Atlético de Madrid emitía un comunicado en el que informaba del estado de salud del futbolista, "Robin Le Normand sufrió un fuerte golpe en la cabeza en los minutos finales del derbi madrileño, por el que se le han realizado una serie de pruebas y una valoración por parte de especialistas que han determinado que sufre un traumatismo craneoencefálico (TCE) con hematoma subdural".
Aunque se desconoce el tiempo que estará en enfermería, se sabe que será baja en el partido ante el Benfica de la segunda jornada de la Champions League y todo parece indicar que tampoco estará disponible ante la Real Sociedad el próximo domingo.
Se trata de "un sangrado intracraneal, pero extracerebral. Lo habitual es que no de síntomas, y vaya desapareciendo poco a poco, como cualquier hematoma en otra parte del cuerpo", explica Javier Casas Limón, neurólogo en el Hospital Universitario Fundación de Alcorcón.
Aunque no han detallado la gravedad o las dimensiones del hematoma, el profesional considera que "no debería ejercitarse mientras siga habiendo sangre. Creo que si juega, habría riesgo de que creciera". En caso de que este crecimiento se produjera o comenzara a manifestar síntomas como por ejemplo debilidad de un lado del cuerpo -dependiendo de la localización del hematoma (derecho, izquierdo, frontal, parietal...)-, trastorno del lenguaje o cefaleas, se tendría que operar. No obstante, esto último es una situación que ocurre "en pocos casos".
Pese a que puede asemejarse a "cualquier hematoma en otra parte del cuerpo", en este caso como "el hematoma está dentro del cráneo, sólo se ve en las pruebas de imagen, a través de un TAC o una Resonancia Magnética (RM)".
Teniendo en cuenta que se trata de un traumatismo craneoencefálico, han activado el protocolo de conmociones cerebrales. Estas se definen como traumatismos craneoencefálicos inducidos por fuerzas biomecánicas, es decir, por golpes directos "en la cabeza, la cara o el cuello, o bien por un traumatismo en otra parte del cuerpo que genere una fuerza impulsiva transmitida a la cabeza", indica el Protocolo médico de la FIFA de conmociones cerebrales.
Este tipo de lesiones "pueden tener consecuencias muy dispares, desde la ausencia de síntomas visibles hasta un deterioro funcional temporal o lesiones estructurales que pongan en peligro la vida del paciente". Por este motivo, las primeras 72 horas posteriores son muy importantes para conocer la evolución y gravedad de la conmoción.
Para conocer el alcance de la lesión es conveniente "la retirada inmediata" del terreno de juego del futbolista para poder realizarle una serie de pruebas y preguntas preliminares a pie de campo. Algunas de estas consisten en "comprobar si recuerda las palabras o dígitos al revés; medir la frecuencia cardiaca en diferentes posiciones por si varía; valorar si hay mareos o alteración del movimiento, especialmente durante la marcha; desviación de la columna vertebral; hacer un examen neurológico de los reflejos", detalla Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF).
Al igual que ocurre con otras patologías, la ciencia ha evidenciado que "el reposo absoluto no ayuda por lo que es importante que después de 24-48 horas de la conmoción, según la tolerancia, se retome la actividad física", indica el fisioterapeuta.
Esto no significa que Le Normand tenga que volver inmediatamente a jugar con su equipo, porque podría ser contraproducente, sino que "es recomendable que comience a hacer ejercicios como andar, caminar hacer bicicleta estática, sobre todo evitando que exista un riesgo de caída, colisión, contacto...". Al mismo tiempo, Fernando Ramos concluye que se debe "reducir el uso de pantallas para evitar alterar el esfuerzo y la función cognitiva".