Cada año se diagnostican en España unos 20.000 nuevos casos de artritis reumatoide, una cifra que asciende a las 300.000 personas que conviven con los efectos de esta enfermedad a diario y si lo extrapolamos al marco europeo estamos hablando de alrededor de dos millones de personas, contextualiza la Sociedad Valenciana de Reumatología.
Teniendo en cuenta que la prevalencia de esta patología puede parecer un porcentaje pequeño (0,5%-1% en población adulta), en comparación con otras enfermedades, cada 12 de octubre se celebra el Día Mundial de la Artritis Reumatoide para concienciar de la existencia de esta afección autoinmune sistémica, de carácter inflamatorio y crónico.
Se trata de una enfermedad que no tiene edad, ya que cualquier persona desde un niño hasta un anciano puede desarrollarla; no obstante, la mayor incidencia se da en mujeres de entre 50 y 60 años. Dicha enfermedad presenta predilección por las articulaciones, primero por la membrana sinovial -tejido que recubre las articulaciones- y luego se extiende a los tendones, ligamentos y huesos; también afecta a órganos como el corazón, los riñones, los pulmones... explica una guía elaborada por la Sociedad Española de Reumatología.
Los primeros síntomas que la artritis reumatoide suele manifestar son: dolor, inflamación y rigidez en las articulaciones principalmente de muñecas y dedos de manos y pies; especialmente esto se intensifica por las mañanas al levantarse y puede durar varias horas. "Es característico que el dolor sea de máxima intensidad por la noche y que las molestias puedan aliviarse con el movimiento y a lo largo del día", explica la Sociedad Asturiana de Reumatología.
Esta inflamación mantenida en el tiempo y sin controlar puede dañar "los huesos en forma de erosiones óseas, ligamentos y tendones produciendo deformidad progresiva de las articulaciones" lo que se traduce en una "pérdida de la capacidad para hacer algunas tareas de la vida diaria". Además, pueden aparecer una especie de bultos bajo la piel en codos, dedos, parte posterior de tobillos e incluso, órganos internos.
Algunas décimas o fiebre, cansancio, pérdida de apetito, bajada de peso y efectos en órganos como los ojos, los pulmones, el corazón y los riñones, son otros de los síntomas de esta patología.
Asimismo, a estos pacientes se les recomienda expresamente que no consuman tabaco y controlen su colesterol y tensión, ya que la artritis reumatoide está asociada a otras enfermedades como osteoporosis, linfomas y problemas cardiovasculares tales como arteriosclerosis, infartos de miocardio y accidentes cerebro vasculares.
Por el momento se desconoce qué causa esta enfermedad, pero recientes estudios han descubierto que el tabaco y la inflamación de las encías podrían despertar, en algunas personas, esta enfermedad.
Además de por lo síntomas, la artritis reumatoide se diagnostica a través de una analítica, una radiografía y una ecografía, detalla la Sociedad Argentina de Reumatología.
En cuanto al tratamiento de la enfermedad, existen dos tipos de fármacos: los sintomáticos -para aliviar el dolor y la inflamación a corto plazo- y los modificadores de la enfermedad -"actúan frenando los mecanismos inmunológicos que dan lugar a la enfermedad y, por tanto, sus consecuencias"-.
En esta misma línea, el descanso, la alimentación saludable, el ejercicio físico, los baños calientes por la mañana y el consumo moderado de alcohol son hábitos que también mejoran la calidad de vida de estos pacientes.