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Un fisioterapeuta aclara cuándo hay que preocuparse por que los niños anden de puntillas: "La edad es muy importante"

Niño corriendo por la playa (Foto: Freepik)
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Entre los 9 y los 12 meses, fecha que no es exacta, los niños suelen empezar a andar; de todos ellos, entre un 5 y un 12% lo hace de puntillas, una cuestión que suele inquietar a muchos padres. Aunque al principio no debe ser un motivo de preocupación, si a medida que el niño va cumpliendo años esto no se resuelve, sí que recomiendan acudir al pediatra.

Para dar respuesta a todas las preguntas que rodean a esta forma de andar tan característica, en ElDesmarque hemos contado con la ayuda de Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF); este deja claro que no siempre tiene por qué haber una enfermedad o afección detrás de esto.

A partir de los 3 años exige una valoración pediátrica

"Existe un caminar de puntillas idiopático -ninguna causa identificable-, sobre todo en edad preescolar. Durante las etapas de aprendizaje, algunos pueden presentar este tipo de marcha que forma parte de su desarrollo y que se resuelve de forma espontánea", tranquiliza el fisioterapeuta.

Sin embargo, cuando esto no se resuelve de forma natural y se supera la edad de uno o dos años, etapa en la que "ya se supone que se empieza a generar un mayor control de la marcha y una maduración del sistema musculoesquelético, es decir, a medida que la musculatura de las piernas, el equilibrio y la coordinación se consolidan", hay que empezar a observarlo más detenidamente.

En caso de que esta tendencia no se resuelva de forma espontánea "a los 3 años como máximo, hay que valorarse otras causas. Tenemos que descartar con la ayuda del pediatra que no existe ningún tipo de alteración neurológica", recomienda el profesional.

Posibles trastornos detrás de andar de puntillas

Aunque no hay que crear alarma, es cierto que el hecho de que un niño siga andando de puntillas cuando empiece el colegio, "podría estar asociado a algún tipo de trastorno. En ocasiones, aunque no es algo muy frecuente, puede deberse a un acortamiento congénito del tendón de Aquiles", detalla el mismo. "Al tenerlo acortado, esto hace que el pie se sitúe en flexión plantar ligeramente inclinado hacia abajo, dificultando que el pie toque completamente con el suelo al no tener extensibilidad en esta estructura. Por ese motivo caminan de forma espontánea de puntillas", explica.

Esta marcha también puede estar detrás de ciertas alteraciones neurológicas, "sabemos que en los trastornos del espectro autista existe una prevalencia del 20-60% de los niños pueden caminar de puntillas en algún momento, sobre todo está más descrita en niños que en niñas", apunta. En esta misma línea, "la parálisis cerebral o las distrofias y las miopatías musculares también se pueden asociar con este tipo de marcha".

A modo de resumen, el andar de puntillas se trata de un "desarrollo motor normal en las etapas de uno a tres años como máximo, pero superada esta edad exige una valoración del pediatra  o de un fisioterapeuta especializado, para confirmar que se trata de un desarrollo normal y para descartar la presencia de cualquier otro trastorno neurológico", concluye Fernando Ramos.

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