Halloween ya está aquí, y son muchas las personas que esta noche van a apostar por el disfraz más escalofriante y tétrico. Costosos disfraces, sangre falsa, pintura de cara, lentillas que simulan ojos de gato, dentaduras falsa... son algunos de los accesorios que se utilizan para hacer más terrorífico y creíble su look, pero, ¿a qué precio?
Esta pregunta no se refiere al dinero que estás dispuesto a pagar por un disfraz de Halloween, que también, sino hasta qué punto estás dispuesto a arriesgar tu salud por llevar durante toda la noche unos ojos de gato o una herida que supura sangre durante horas...
Son los menos los que acuden a una óptica para comprarse unas lentillas de Halloween, sino que las obtienen de bazares, tiendas de disfraces o jugueterías, locales donde no se controla en absoluto las posibles consecuencias para la salud de utilizarlas. En otras palabras, comprar ese tipo de lentillas en dichos establecimientos no garantiza ni la calidad del producto, ni sobre todo que la adaptación al ojo sea la correcta, ni que el usuario sea apto para llevar esas lentes.
Por este motivo, la OCU -Organización de Consumidores y Usuarios- recuerda que no importa de qué lentillas se trate ya que todas se deben adquirir en tiendas que cuenten con la supervisión de un profesional óptico optometrista para que garanticen que no se pone en riesgo la salud de los ojos.
Tal y como advierte el Consejo General de Ópticos- Optometristas, utilizar estos productos sin el debido control expone a quien las usa a infecciones, reacciones alérgicas, úlceras y daño en la función ocular.
La sangre falsa tampoco está exenta de riesgos, de hecho, la mayoría de estos productos están catalogados como cosméticos e indican que no se deben usar en menores de 14 o incluso en menores de 18 años.
En ocasiones, se utiliza la sangre falsa para colocarla en algún orificio, práctica que hay que evitar sobre todo si se desconocen los ingredientes de este productos ya que algunos pueden resultar tóxicos si se ingieren; motivo por el que la OCU recomienda leer siempre la etiqueta de composición y la fecha de caducidad antes de utilizarlo.
Para evitar riesgos, la organización recomienda elaborarla artesanalmente en casa a base de agua, harina de maíz y colorantes alimenticios. De esta forma, el único riesgo son las manchas.
Al igual que ocurre con la sangre falsa, las pinturas de la cara no todas son aptas para todas las pieles, ni mucho menos para los menores, por lo que es importante leer el etiquetado antes de aplicarla sobre la piel. Además, algunas pueden contener sustancias químicas que provoquen en ciertas personas reacciones alérgicas o de sensibilidad.
La OCU enumera las siguientes recomendaciones: