La reciente aparición de Selena Gómez en la premiére de la serie “Wizards Beyond Waverly Place” ha sido motivo de especulaciones en las redes sociales. La actriz apareció con un vestido rojo brillante de palabra de honor y lo que llamó la atención a sus seguidores fue la forma que le hacía este en el vientre. Al tenerlos más abultado de lo habitual, muchos empezar a suponer que podría estar embarazada.
No es la primera vez que las redes sociales cuestionan el cambio físico de Selena Gómez, sin embargo, esta vez la actriz ha puesto cartas en el asunto, de forma que, en un vídeo de TikTok donde se comentaba su cuerpo, esta zanjó las especulaciones con el siguiente mensaje: "Esto me enferma... Tengo SIBO en mi intestino delgado. A veces brota. No me importa que no parezca una figura enferma. No tengo ese cuerpo. Fin de la historia. No, NO soy una víctima. Solo soy humana".
El SIBO no es la única enfermedad que padece la que fue chica Disney, sino que desde hace años también convive con el lupus; una patología, hasta el momento incurable, del sistema inmunitario en la que el organismo comienza a atacarse a sí mismo.
💬 Selena Gomez ha comentado en un vídeo de TikTok sobre su apariencia.
🗯️“Esto me enferma... Tengo SIBO en mi intestino delgado. A veces brota. No me importa que no parezca una figura enferma. No tengo ese cuerpo. Fin de la historia. No, NO soy una víctima. Solo soy humana.” pic.twitter.com/Hhvut1DcKh
— Selena Gomez Spain (@SelGomez_es) November 2, 2024
Selena Gómez es una de las tantas personas que se ven afectadas por el SIBO, por sus siglas en inglés 'small intestinal bacterial overgrowth' que significa síndrome de sobrecrecimiento bacteriano intestinal. Tal y como explica la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en su página web, dicha afección "se caracteriza por un exceso de bacterias en el intestino delgado, lo que provoca alteraciones en la absorción de nutrientes, cambios en la permeabilidad intestinal e inflamación, debido a la fermentación de las bacterias presentes en esta región".
Las personas que lo sufren manifiestan una gran variedad de síntomas, desde distensión abdominal, flatulencias, diarrea o estreñimiento hasta falta de aptito, vomitas o grasa en las heces; signos de alarma que pueden confundirse con otras patologías como el síndrome de intestino irritable, dispepsia o distensión abdominal funcional.
Las intolerancias alimentarias son otras de las afecciones que, en ocasiones, su diagnóstico se confunde con el del SIBO al compartir síntomas similares. La importancia de no mezclar los diagnósticos "es esencial para evitar tratamientos innecesarios y mejorar la calidad de vida de los pacientes".
Mientras que el SIBO se entiende como un exceso de bacterias en el intestino delgado, las intolerancias alimentarias "se producen cuando el cuerpo no puede digerir correctamente ciertos alimentos o componentes alimentarios, como la lactosa o el gluten, debido a la falta de enzimas o una respuesta metabólica inadecuada". Aunque los síntomas son similares, en el caso de las intolerancias estos se manifiestan tras la ingesta de alimentos específicos y "no implican una proliferación bacteriana anormal".
La diferencia radica en cómo se diagnostican ambas afecciones, motivo por el que "exige un enfoque clínico cuidadoso y una interpretación meticulosa de los resultados diagnósticos". La prueba específica y más común que permite detectar el SIBO es el test de aliento para hidrógeno y metano, mientras que las intolerancias se diagnostican a través de análisis de sangre u observando la reacción del organismo tras consumir determinados alimentos, entre otras pruebas más específicas.