Se cumplen trece días desde que la DANA arrasó multitud de municipios de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, sin embargo, el estado de muchos de estos es muy similar al del día de después de la catástrofe.
La fase posterior al impacto ya ha comenzado y se extenderá durante cuatro semanas, aproximadamente, tal y como expone la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) en una guía sobre las enfermedades infecciosas tras un desastre natural de semejante magnitud.
Durante este periodo la enfermedades infecciosas comienzan a ganar protagonismo entre los afectados y los voluntarios que están colaborando en las tareas de limpieza y desescombro, pero no sólo eso, el estado de shock y el bloqueo mental presente en muchas de las víctimas deja paso a otros problemas psicológicos que con el paso del tiempo pueden intensificarse, asegura a ElDesmarque la neuropsicóloga clínica, Alba García.
Las personas que experimentan de forma directa una catástrofe natural, como ha sido la DANA, pueden sufrir diversos problemas psicológicos a lo largo del tiempo, dependiendo del nivel de afectación, de la personalidad, del entorno de cada afectado.
Aunque son muchos los efectos que estos pueden desarrollar, los más comunes, según la profesional, son los siguientes:
Dependiendo de la persona afectada, esta mostrará sus sentimientos y emociones de una u otra forma. En ocasiones, no siempre es sencillo percibir el estado mental de alguien, pero hay ciertos signos de alerta que se deben tener en cuenta, tales como "aislamiento social, cambios drásticos en el comportamiento, abuso de sustancias, pérdida de interés en actividades o síntomas de ansiedad y depresión son importantes a vigilar", enumera la nueropsicóloga.
En determinados casos, el impacto psicológico de la DANA es tan grave que aparecen pensamientos suicidas o autolesivos por lo que "es crucial intervenir de forma inmediata". Ante esta posibilidad, "la intervención psicológica debe ser accesible para los afectados, ofreciendo servicios de apoyo emocional y programas de seguimiento".
Asimismo, "la psicoterapia enfocada en el trauma (por ejemplo, EMDR o terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma) puede ser de gran ayuda a largo plazo", concluye la experta en la materia.