"Los niños y adolescentes deben realizar al menos una media de 60 minutos de actividad física diaria principalmente aeróbica de intensidad moderada a vigorosa a lo largo de la semana", recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). En un mundo idílico esta teoría se cumpliría, pero ¿cuál es la verdadera realidad?
En 2019, la Fundación Gasol realizó el primer estudio 'PASOS', que analiza el nivel socioeconómico y los estilos de vida de la población infantil y adolescente en España, y desveló que más de un 60% de la población infantil y adolescente no cumplía con la recomendación de la OMS. Tres años más tarde, en 2022, esta cifra se convirtió en cuatro menos de ejercicio físico al mes que en 2019 y las pantallas y el nivel socioeconómico de las familias tiene mucho que ver.
Con motivo del Día Mundial de la Infancia, establecido por Naciones Unidas como el 20 de noviembre, en ElDesmarque queremos explicar por qué el ejercicio físico, aunque se debe practicar durante toda la vida, es un factor clave durante la infancia por los beneficios para la salud de los más pequeños como el impacto de este en la edad adulta.
No es nuevo el hecho de que el ejercicio físico conlleva un sinfín de beneficios para la salud, tanto física como mental. Entre las mejoras que presenta la práctica deportiva en la infancia, según la OMS, son las siguientes:
De cara a la prevención de enfermedades, el ejercicio físico regular reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, hipertensión e hipercolesterolemia, según un informe realizado por el Ministerio de Educación y Ciencia y el de Sanidad y Consumo.
La práctica regular de ejercicio físico durante la infancia no sólo presenta beneficios en ese momento, sino que a largo plazo, en la edad adulta, también tiene un gran impacto.
Uno de estos es el riesgo de desarrollar obesidad; se ha comprobado que los niños y niñas obesos presentan un riesgo mayor de ser obesos durante la edad adulta, al menos dos puntos más, que aquellos que no lo son. Junto a esto se suma que los que fueron obsesos durante la infancia "presentan una salud peor y una mortalidad más elevada".
"El desarrollo de tanta masa ósea como sea posible durante la infancia y la adolescencia reduce las probabilidades de pérdidas excesivas de masa ósea en etapas posteriores de la vida, conocidas como osteoporosis", motivo por el cual se ha demostrado que las actividades de fuerza muscular son recomendables desde la infancia, especialmente entre las niñas.