El atún, concretamente procedente de España y de otros países europeos, ha hecho saltar las alarmas. El motivo ha sido la reciente publicación de un estudio, realizado por la organización independiente 'Bloom', que ha informado de que determinadas latas de conserva, sobre todo de atún blanco, exceden la cantidad permitida de mercurio; concretamente, más del 57% de las muestras analizadas superaban las 0,3 partículas por millón de metilmercurio.
Días más tarde, el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea emitía una alerta alimentaria tras detectar "altos niveles de mercurio en lomos de atún aleta amarilla (Thunnus albacares) descongelados y marinados procedentes de España".
Tras la publicación de dicho estudio, junto con la alerta alimentaria de la UE, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha hecho un llamamiento para no caer en el alarmismo asegurando que este problema es de sobra conocido, de hecho la propia agencia informaba de esto hace un año, y que si se consume de acuerdo a las recomendaciones sanitarias "es seguro y beneficioso para la salud".
En esta misma línea, algunos expertos en nutrición también han aportado su granito de arena en este asunto. La endocrinóloga experta en suplementación, metabolismo y hormonas, Isabel Viña, que estuvo hace un tiempo en el podcast 'The Wild Project' hablando sobre el uso de la hormona del crecimiento en el culturismo, ha sido uno de estos.
¿Por qué es importante vigilar nuestro consumo de determinados tipos de pescado? Esta es la pregunta a la que da respuesta la divulgadora Isabel Viñas en su cuenta de Instagram. " El metilmercurio es un metal pesado que es tremendamente tóxico para el sistema nervioso central", asegura.
"Esto no quiere decir que entremos todos en pánico" ni que debamos dejar de comer estos tipos de alimentos, sino que es importante saber cuáles son para no abusar de ellos y así poder sustituirlos por otros.
Se ha visto que el mercurio de estos alimentos se acumula en el cerebro y daña las neuronas. Este hecho "asociado en niños a una disminución del coeficiente intelectual y a un incremento del riesgo de diagnóstico de déficit de atención e hiperactividad", asimismo, "en personas adultas está asociado con un mayor riesgo de demencia o alteraciones nerviosas", detalla la profesional. Por este motivo, los menores de 14 años y las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben abstenerse de consumir este tipo de alimentos.
Isabel Viñas enumera una serie de pescados cuyo consumo debe limitarse en adultos a una o dos veces al mes y evitarlo, en la medida de lo posible, en los grupos de población antes mencionados. Estos son:
En caso de que "por conveniencia necesites comer atún, ¿cuántas latas a la semana puedo consumir?", la endocrinóloga recomienda no superar las tres o cuatro latas semanales y a ser posible al natural, es decir, sin aceite ni escabeche.
Como pescados alternativos por su "menor contenido en metilmercurio y por tanto, su consumo puede ser frecuente -varias raciones a la semana", la misma propone:
El metilmercurio se elimina a través de la función del hígado, pero hay formas que optimizan dicha eliminación, como por ejemplo: