Hace aproximadamente un año y medio, en mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por concluida la pandemia de coronavirus, así como su emergencia global, sin embargo, este virus sigue circulando por la sociedad infectando a múltiples personas en todo el mundo. Este es uno de los motivos por los que los científicos no han dado tregua a sus investigaciones.
Al respecto, un reciente estudio publicado en la revista científica 'The Journal of Biological Chemistry' y liderado por un grupo de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) ha desarrollado una nueva herramienta terapéutica capaz de inhibir la proliferación del virus SARS-CoV-2, el causante de la COVID-19.
Los hallazgos del estudio abren la puerta a nuevas formas de luchar no sólo contra este coronavirus, sino también contra otras enfermedades víricas para las que aún no se dispone de tratamiento médico, como es el caso del de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHFV, por sus siglas en inglés).
La herramienta que han desarrollado utiliza la capacidad de las pinzas de polipurinas (PPRH, por sus siglas en inglés) -moléculas cortas y sencillas de ADN que tienen una alta afinidad por secuencias específicas de ARN- para bloquear la actividad de este virus, y por consiguiente, frenar su propagación.
El catedrático Carlos J. Ciudad, de la UB y uno de los expertos que han dirigido la investigación, ha explicado que dos variantes de estas moléculas, CC1-PPRH y CC3-PPRH, se unen a regiones específicas del virus con el fin de inhibir la replicación al dirigirse a la enzima replicasa y bloquear la proteína Spike, esencial para la infección en las células humanas.
Se trata del primer trabajo científico que describe cómo las pinzas de polipurinas pueden actuar como agentes terapéuticos e inhibir el crecimiento de un virus patogénico y que, incluso, es más efectiva y rápida que las pruebas PCR.
Los ensayos, realizados con ratones transgénicos, han confirmado que las PPRH pueden inhibir la propagación viral de manera efectiva y segura. Tal y como se ha indicado al inicio, además de la detección del virus causante del covid-19, esta técnica se puede utilizar para detectar el virus de la influenza o gripe A y el virus respiratorio sincicial (RSV), causante de patologías respiratorias.
«También se aplican en técnicas diagnósticas en otros ámbitos de la biomedicina: son biosensores para determinar el grado de metilación del gen PAX-5 en el cáncer, y también para detectar el gen que codifica la subunidad ribosomal mtLSU rRNA en el hongo Pneumocystis jirovecii, responsable de neumonías graves», añade el investigador en la nota de prensa emitida por la UB.
En la terapia contra el cáncer, dicha herramienta ha resultado exitosa para silenciar la expresión génica de distintos genes relacionados con el cáncer y dianas no tratables con medicación; también se han utilizado para la reparación de mutaciones puntuales en el locus endógeno de un gen y para técnicas de edición génica relacionadas con el salto del exón.