¿El estrés influye a la hora de elegir lo que comemos? Esto es lo que dice la ciencia
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Las situaciones de estrés impactan directamente a la salud
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Lo que comemos también influye en las emociones
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Ashwagandha: por qué reduce el estrés, beneficios y riesgos
La Organización Mundial de la Salud clasifica el estrés como una de las epidemias del siglo XXI, y no es para menos, teniendo en cuenta que cada vez son más las personas que aseguran haber sufrido un episodio de estrés en el último año. En el caso concreto de España, un 62% de los ciudadanos se siente bastante estresado, una cifra que lo sitúa entre los países con más estrés.
Pese a que estamos normalizando el hecho de tener este estrés, este trastorno no debe pasarse por alto ya que impacta de forma directa a la salud, bien "facilitando la aparición de determinadas patologías o aumentando la probabilidad de que aparezcan conductas alimentarias no adecuadas", detalla un estudio de la Universidad FASTA, en Argentina.
¿Alguna vez te has sentido estresado y has consumido productos dulces con el objetivo de 'calmarte'? ¿Has percibido que tus comportamientos alimenticios dependen de tu estado emocional? Desde hace tiempo, son muchos los investigadores que han puesto el foco en la relación existente entre el estrés y la alimentación.
El impacto del estrés en la alimentación
La OMS define el estrés como "un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil". Aunque "todas las personas un cierto grado de estrés", el problema empieza cuando este se cronifica o se vuelve habitual así como la forma en que reaccionamos a esta afección.
Ante una situación de estrés, el organismo puede comportarse de una forma diferente a la que es habitual y uno de estos comportamientos puede afectar a los hábitos alimenticios. Comer de forma impulsiva, seguir comiendo pese a sentir lleno, utilizar la comida como un premio, ingerir más rápido de lo normal, obsesionarse por la comida... son algunos de los comportamientos de algunas personas ante situaciones de estrés. Sin embargo, también hay perfiles "que cuando están estresados, ansiosos o deprimidos dejan de comer porque el alimento les provoca repugnancia".
¿Qué alimentos comemos cuando estamos estresados?
La mayoría de las investigaciones que han profundizado en la relación entre el estrés y la alimentación coinciden en que, en respuesta a dicho estado emocional, una parte de la población tiende a comer alimentos no saludables, ricos en grasas saturadas o azúcares.
Algunas personas tienen la "necesidad de consumir alimentos o sustancias que estimulan a nuestro organismo a producir «opiáceos endógenos» -endorfinas y serotoninas- que producen sensaciones placenteras y compensatorias al estrés", argumenta la Universidad Católica de Chile. El chocolate, los dulces o las comidas procesadas son algunos de los alimentos que consiguen estos efectos y "generalmente son de baja calidad nutricional".
La dieta también reduce o potencia el estrés
Al mismo tiempo que las situaciones estresantes influyen en los hábitos alimenticios, lo que comemos también influye en nuestras emociones, asegura la Dra. Carmen Aragón Valera, vocal del Comité Gestor del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), a ElDesmarque.
Y es que las "dietas ricas en grasas y azúcares, como consecuencia de los descensos rápidos de glucosa tras las comidas, producen un aumento de hormonas contrarreguladoras -entre ellas el cortisol- generando señales de alarma y por tanto percepción de estrés o ansiedad", explica la misma.
Mientras que, por otro lado, los componentes de las dietas saludables como fructoligosacáridos -presentes en vegetales-, galactosacáridos -presentes en leche y derivados- y ácidos grasos omega 3 se asocian con menor estrés y ansiedad".