Para muchas personas es inconcebible el hecho de salir a desayunar sin hacer una foto a la tostada con el café, viajar sin compartir en redes sociales el lugar de destino, salir de fiesta sin mostrar el outfit, ver un atardecer sin fotografiar la puesta de sol... Hace años, fotografiar todo a nuestro paso para mostrarlo en la red era impensable, pero ahora forma parte del día a día de una gran parte de la población.
El término 'oversharing' se define como la necesidad de compartir sin control aspectos de la vida privada de una persona. La llegada de las redes sociales a nuestras vidas ha supuesto que muchas personas las consideren una "herramienta de validación social y conexión emocional" que las impulsa "a pasar mucho tiempo compartiendo detalles de su vida personal buscando reconocimiento y pertenencia", detalla el informe de Línea Directa Aseguradora S.A. "Oversharing: Adictos a compartirlo todo. Consecuencias psicológicas de la adicción a las redes sociales en España".
Aunque ningún grupo poblacional está exento de desarrollar una adicción a este tipo de plataformas, los jóvenes son el colectivo más vulnerable, concretamente la Generación Z -16 a 30 años-. El objetivo del estudio, elaborado por Ruth Castillo-Gualda y Juan Ramos-Cejudo, ambos profesores de la Facultad de Salud de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), se ha centrado en el fenómeno del oversharing y todo lo que este conlleva.
En España, alrededor de 6,5 millones de usuarios de redes sociales admiten haber compartido cuestiones de su vida privada y el "16% de la población española asegura compartir fotos en sus RRSS de manera frecuente o muy frecuente", evidencia el informe.
Esto puede deberse al tiempo que pasamos frente a las pantallas, y es que nos exponemos a estas casi el mismo tiempo que dormimos. "Los españoles pasan de media 6 horas al día en sus teléfonos móviles, y la generación Z supera las 7 horas, de la cuales 4 horas las dedican a las redes sociales", reflejan los datos.
La población de Extremadura, Aragón, Madrid, Galicia y Cataluña son las que publican fotografías en sus redes sociales con mayor frecuencia, mientras que las personas que residen en Cantabria, Asturias, La Rioja, Navarra y Valencia las que menos.
Esta necesidad de dar una imagen perfecta de nuestras vidas, como si de una infleuncer se tratara, tiene consecuencias negativas en la salud mental. Tal es la gravedad del asunto que una de las conclusiones del informe es que "el 55% de los síntomas clínicos de ansiedad, el 52% de los síntomas de depresión en España y el 48% de los comportamientos agresivos están relacionados con la adicción a las redes sociales".
En esta misma línea, han visto una relación entre la gestión emocional y este fenómeno, de forma "que quienes no logran gestionar sus emociones correctamente son aquellas personas más vulnerables al oversharing" y los "nervios y la agresividad son dos emociones que influyen en el 30% de la adicción a estas plataformas".
Además, concretamente la Generación Z reconoce recurrir a las redes sociales "para aliviar sentimientos de culpa, ansiedad, impotencia o depresión", pero que al mismo tiempo es el espacio donde reciben más comentarios ofensivos.