Es posible que hayas escuchado en alguna ocasión que durante las Navidades aumenta el número de personas que sufren un infarto y te habrás preguntado, ¿es esto cierto? La realidad es que en los días festivos es cuando más se infarta la gente, y por consiguiente, "las Navidades no son una excepción", corrobora el Dr. José Abellán en sus redes sociales.
Un estudio publicado en 'The BMJ' comprobó que la víspera de Navidad, es decir, el 24 de diciembre, "es el día con mayor incidencia de infartos". Asimismo, una investigación similar publicada en 'Circulation' realizada en Estados Unidos descubrió que "la mortalidad por enfermedades cardiovasculares alcanza su punto máximo entre el 25 de diciembre y el 1 de enero".
Como es obvio, esta realidad no impacta por igual a toda la población, sino que un informe del Good Samaritan Hospital, en Los Ángeles, centró el foco en las personas mayores y en aquella población con enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes, como grupos más vulnerables a sufrir un infarto.
Si bien la fiestas navideñas son un periodo de felicidad y unión familiar para muchas personas, estas pueden verse truncadas si alguien del entorno más cercano sufre un infarto. Algunos de los factores que incrementan el riesgo de sufrir uno durante estas fechas son:
Las tensiones familiares, la preparación de las comidas navideñas, la presión económica... son algunas de las situaciones que pueden aumentar el estrés de una persona durante la fiestas navidades, estrés que "puede afectar directamente a nuestro corazón".
Estas situaciones liberan gran cantidad de adrenalina y cortisol -las hormonas del estrés- y "provocan un aumento en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la contracción de los vasos sanguíneos. Además, la adrenalina puede desestabilizar placas de ateroma acumuladas en las arterias coronarias, facilitando su ruptura y desencadenando un infarto", explica el Dr. Abellán.
Durante estas fechas es habitual excederse en el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, los cuales tienen efectos en el sistema cardiovascular, tanto a corto como a largo plazo.
El consumo excesivo de alcohol también "puede provocar episodios de fibrilación auricular, una arritmia cardíaca que aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares y coágulos sanguíneos".
Durante estas fechas, las rutinas también se ven alteradas; en ocasiones, esto se traduce en el abandono de la actividad física regular, el descuido de la medicación o en la postposición de citas médicas importantes.
"El frío provoca una contracción de los vasos sanguíneos lo que aumenta la presión arterial y puede comprometer el flujo de sangre a nuestro corazón si ya tenemos placas de ateroma, lo cual puede ser particularmente peligroso para las personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes", añade el mismo.
Para explicar cómo reducir el riesgo de padecer un infarto en las fiestas que se aproximan, el conocido cardiólogo con más de 477 mil seguidores en Instagram se apoya de un estudio publicado en 'International Journal Environmental Research and Public Health' que comprobó cómo afecta la práctica, o no, de ejercicio físico durante estas fechas.
La investigación mantuvo el ejercicio físico -media hora, tres veces a la semana-durante las fiestas navideñas a un grupo de participantes, mientras que al otro grupo le dio 'vacaciones', es decir, practicaron el sedentarismo. Cuando estas terminaron, los resultados evidenciaron que:
¿Cuál es la conclusión de todo esto? Que, aunque parezca que no tiene sentido o que no pasa nada por no mantener el ejercicio físico durante las fiestas de Navidad, sí que pasa y mucho. "Si sigues con buenos hábitos, puedes flexibilizar y disfrutar de estas fiestas y de los tuyos", concluye el José Abellán.