Que la Reina Letizia y el rey emérito Juan Carlos I no son mejores amigos no es ningún secreto. Tampoco lo es que su relación es cada vez peor y que es el rey Felipe el que está en medio intentando poner paz. Y mucho menos secreta es la facilidad que tiene el padre de Felipe para ser relacionado con diferentes mujeres.
De hecho la figura de Juan Carlos I ha pasado de ser intocable en nuestro país a ser incluso motivo de mofas y burlas. Atrás quedan aquellos años donde los que tenían información sensible del monarca se la guardaban por miedo a represalias.
El lío con Juan Carlos I
Ahora no encontramos en el polo opuesto: todo lo que sea darle palos al Borbón es bienvenido. Tanto es así que ya se están filtrando conversaciones y documentos donde queda claro que Juan Carlos ha tenido (y sigue teniendo) una vida más que ajetreada, dentro y fuera del matrimonio con Sofía.
Y ya hay quien habla de “las ‘amigas’ secretas del Rey’ sin miedo a que desde Zarzuela se le recrimine nada. Ahora Juan Carlos está en el disparadero (eso sí, solo en temas de corazón, en los de presunto blanqueo de dinero ahí sigue siendo intocable) y la última mujer con la que ha sido relacionado ha sido con Paloma San Basilio.
Y, una vez más, ha sido Pilar Eyre la que ha abierta la caja de pandora: “Paloma San Basilio. No sales mucho en los medios, y eso puede extrañarnos, ya que sé que muchos periodistas llaman a tu puerta. Sí, pero… ¡Tú te niegas a todo, y es porque temes que te pregunten, no por tu carrera ejemplar, sino por don Juan Carlos! Ya sabes, esa leyenda urbana de que si tal y que si cual. Hace años te lo preguntaron en Vanitatis y contestaste “con la desinformación se escriben bestsellers”, y a partir de esta frase que no entendió ni dios también tengo que decírtelo, te cerraste en banda como una ostra, ya para siempre”.
Una San Basilio que hace ya un tiempo dejó las cosas claras sobre este tema: “Lo he llevado con mucha resignación porque daba igual lo que dijese. Esta leyenda urbana es la prueba de que una mentira cien veces repetidas termina convirtiéndose en verdad.. Apenas le he dedicado dos páginas en mi biografía, porque es lo que ha ocupado en mi vida”. “Dos páginas”. Que cada uno lo interprete como quiera.