‘Bekcham’, el documental que narra el ascenso del futbolista inglés, sigue dejando titulares casi un mes después de su estreno. La obra de Netflix ha desvelado la dieta que el padre de David, Ted Beckham, impuso a su hijo cuando era un crío, pues no tenía una forma física muy destacable.
Para llegar a la élite del mundo del fútbol, uno de los requisitos indispensables es tener una muy buena condición física. El sueño de Beckham era llegar a ser profesional y su padre tomó la decisión de que su hijo adoptase una dieta para hacerle crecer.
Sir Beckham sometía a su hijo a unas agotadoras sesiones de entrenamiento físico. "Yo le decía cada vez que golpees el larguero, te daré 50 peniques', y eso me costaba una fortuna", relata en el documental.
Pero además de entrenar “durante horas”, Ted Beckham alimentaba a David a base de “Guinness y huevo crudo”, explica el hombre británico. Al más puro estilo Rocky Balboa, Beckham ingería estos dos productos para aumentar su tamaño corporal.
A pesar de que el consumo de huevos se popularizó enormemente con la película de Rocky, la realidad no va mucho más allá. Tal y como informó un estudio publicado en el ‘Journal of Nutrition’, el cuerpo solo puede absorber el 50% de la proteína que se encuentra en el huevo crudo, frente al 90% de los huevos cocidos.
Por su parte, la cerveza Guinnes es una fuente de hierro y folato, una vitamina B que nuestro cuerpo necesita para fabricar ADN, aunque no sería suficiente como elemento central de la dieta.
David Beckham reflexionó en el documental acerca de la implicación de su padre. “Cuando yo tenía siete u ocho años, él tiraba el balón lo más alto que podía y decía ‘contrólalo’. Sir Beckham hacía a su hijo repetir la acción en varias ocasiones: "No lo suficientemente bien, hazlo otra vez". “Tenía miedo cuando él estaba allí, porque sabía que, si me equivocaba, me lo diría. Y siempre me lo decía. Siempre", explicaba el exfutbolista.