Ana Peleteiro ya sufre las consecuencias de su vuelta a Galicia: "Aitor, no me estás cayendo nada bien"

Ana Peleteiro y Benjamín Compaoré están arrancando ya una nueva vida. Hace unos días, la atleta gallega anunció que cambiaba de entrenador, dejando a un lado a Iván Pedroso para ponerse a las órdenes de su marido. Además, la familia se mudaba a Galicia, la tierra natal de la saltadora. Y las redes ya han demostrado que están sufriendo desde el primer día la meteorología.

Ana reconocía en los últimos días que estaba "super feliz" por regresar al noroeste de España, aunque haya sentido un cúmulo de emociones por dejar la casa "en la que viví tantas cosas".

Lo cierto es que esta semana está siendo toda una odisea para ellos. Después de un viaje más que entretenido, tal y como reconocía ella, este miércoles se han dedicado a "sacar 13 años de vida de cientos de casa".

Nueva casa y nuevo clima para Ana Peleteiro

Y mientras se ocupaban de esa tarea, Benjamín ha conocido de primera mano el tiempo al que se va a enfrentar en Galicia.

"Yo diciéndole a Benjamín durante todos estos meses que nos veníamos Galicia, y que nos visualizábamos viviendo aquí, porque nos construimos la casa y tal... Veníamos aquí y hacía buen tiempo. Yo decía: 'Baby, aquí hace siempre buen tiempo. En invierno llueve un poquito, pero vivimos en el sur de Galicia. Aquí no es como en el norte'", comentaba Peleteiro en sus stories de Instagram.

Por detrás, entre las risas de la deportista, se escuchaban las quejas de su marido y nuevo preparador: "Mentira".

"Primer día en Galicia y llega una borrasca llamada Aitor. Es que no os enseño cómo están las vistas porque es de coña", añadía Ana.

"Depresión, depresión", seguía lamentándose Compaoré. "Bueno, lo dice un parisino, tampoco te flipes, ¿vale, cariño?", replicaba la chica.

La vuelta a Galicia, en palabras de Peleteiro

Con estas palabras, Ana Peleteiro explicó en sus redes sociales la decisión de volver a Galicia:

Después de 13 años lejos de casa, lejos de mi familia, invirtiendo cientos de horas en aviones, trenes y coches para poder conciliar mi trabajo con mi vida personal, vuelvo a escuchar a mi corazón.

Después de muchas conversaciones conmigo misma, con mis padres, con mi marido y con las personas que más quiero, he tomado la decisión de volver a mi hogar, a mi Galicia querida.

Siempre he soñado con darle una infancia a mi hija tan bonita como la que yo he tenido; con la familia muy cerquita, rodeada de amor y naturaleza. Y aunque la capital me ha dado muchas cosas, ahora mismo mi hija no estaba teniendo esa infancia que yo tanto añoro.

A nivel profesional, después de 8 años en un mismo lugar, mi mente me estaba pidiendo un cambio, una nueva motivación, nuevos objetivos, nuevos retos. Ahora que en Ribeira tenemos unas infraestructuras de alto rendimiento creo que es el mejor momento para apostar por mi compañero de vida una vez más, en este caso como entrenador.