Mateu Lahoz y su esperanzador discurso para las víctimas de la DANA en Valencia: "No podemos dejarles solos"

En España se está viviendo uno de los peores momentos que se recuerdan. Las inundaciones provocadas por la DANA han dejado cientos de víctimas y unos daños incuantificables en toda la región de Valencia. Desde el pasado martes 29 de octubre que se produjeron las primeras inundaciones relámpago, hemos conocido un sinfín de testimonios de vecinos y vecinas que han salvado la vida, pero han perdido casi todo en los pueblos más afectados por esta catástrofe.

También ha llegado al mundo del deporte y el último en contar su vivencia ha sido Mateu Lahoz, exárbitro de Primera División y comentarista, que comparte parte del sufrimiento del pueblo Valenciano. El excolegiado, nacido en Algimia de Alfara en Valencia, ha dejado un duro testimonio a la vez que esperanzador en el programa Vamos de Movistar+, mientras se suma a las labores de ayuda.

El testimonio de Mateu Lahoz, viviendo el drama de la DANA en Valencia

“Cuando la alarma sonó a las 20:00h, ya había gente salvando a gente. El pueblo está salvando al pueblo. El miércoles allí no hubo nadie. El jueves poco a poco”, cuenta Mateu. “Somos muy afortunados en este país con el cuerpo de bomberos que tenemos, las fuerzas de orden público, pero sobre todo con la ciudadanía. El jueves empezó a haber algo de aliento para esas personas que estaban ahí. Ayer fue un día de todos los santos, curioso. Un día en el que la gente comenzó a tener esperanza por la presencia y la ayuda de esa marea humana que posiblemente, no sé si organizada o no organizada, querían y necesitaban estar allí. Pero no solo del pueblo valenciano, lo han aprovechado muchas personas este puente. No hay nada más valiente en esta vida que pedir ayuda”.

“La gente está volcándose. No podemos estar en nuestras casas. No podemos estar de brazos cruzados”, asegura muy emocionado el árbitro valenciano. “Hoy, cuando han abierto una de las casas, y esto no es frivolizar, una mujer falleció cuando la estaban subiendo al primer piso. Habían estado dos días sin salir de su casa. Hoy, la mujer y el marido que han perdido un ser querido, se han atrevido a abrirnos las puertas para que pudiese entrar ese ejercito de niños y niñas adolescentes que dan a este país la confianza de que se puede. El pueblo ha ayudado al pueblo. Que va a ser largo, sin duda. Gente de 60 o 70 años con escobas, cuando ya no podían con sus manos. No podemos dejarles solos. La ayuda psicológica, ese abrazo, ese aliento… Gente de Galicia, de Madrid, que está llegando a pie para ayudarnos”.