Han pasado más de dos semanas desde que la DANA provocase uno de los mayores desastres naturales de nuestro país y, muy poco a poco, los vecinos de las localidades más afectadas tratan de recuperar la relativa normalidad que ahora exista. La labor y colaboración de tantos voluntarios ha ayudado a que muchas de las familias damnificadas puedan estar ya en sus casa, que se vieron completamente inundadas. Joan Pradells, residente en uno de los pueblos que ha sufrido los desbordamientos de los ríos, vivió en sus propias carnes toda esta pesadilla.
El creador de contenido de fitness compartió hace unos días la angustia con la que vivió la entrada del agua en su domicilio. Afortunadamente, en su caso no hay que lamentar ningún daño humano, pero sí bastantes materiales.
La mayoría de su contenido se graba en el gimnasio que tiene instalado en la parte inferior de su inmueble y en las imágenes que publicó en las redes sociales se vio como el agua cubrió totalmente la superficie del local.
Su pareja, Marta, y él han recibido la ayuda de su gente para intentar reparar los daños provocados por las inundaciones y el pasado miércoles publicó en su canal de YouTube un vídeo mostrando cómo se encontraba el gimnasio en su vuelta a los entrenamientos.
Joan insistía en que quiere "volver a la normalidad", consciente de que no será como antes y que el proceso se demorará durante meses. "Hay puertas estropeadas, hinchadas y demás. Todo está muy feo, pero supongo que con el tiempo iremos avanzando, porque ahora está todo colapsado", reconocía el protagonista.
"Tengo muchas ganas de que esto vaya cogiendo un poquito de ritmo", se sinceraba Pradells antes de enseñar el estado de su bien más preciado.
En el vídeo mostraba "un agujero que huele mucho a lodo. Me da muchísima ansiedad ese olor, que sube por las escaleras y huele todo el salón, donde más solemos estar".
Como explicaba, la casa tiene todavía muchísimo polvo en su interior, como todas las localidades afectadas por la catástrofe. "Pero ya podemos entrar en el gimnasio", se alegraba. "Cumplía un año estos días de estar totalmente nuevo, recién pintado, suelo nuevo, máquinas nuevas... Es un poco mierda verlo así", confesaba.
Casi todo el suelo del gimnasio ha sido retirado y a pesar de que ya lo han lavado, Jan contó que se lo tendrán que llevar especialistas para rematar la faena. Sin las losas de caucho, ha aumentado mucho el eco del lugar, a la par que ha reducido la temperatura.
"Tendremos que pintar, porque aunque en el vídeo no se vea que está muy sucio, es una auténtica locura", desvelaba el protagonista. "El gimnasio realmente está igual. Lo hemos distribuido igual, porque es como cabe, pero las máquinas se mueven cuando las utilizas, porque llevan peso y al no estar sobre el caucho, se mueven", explicaba Joan.
Como insistía, aún quedaba bastante trabajo por hacer, pero 'su templo' ya presentaba un aspecto muy diferente al que tenía cuando sufrió las inundaciones.