L-Gante y cómo le está afectando el divorcio entre Wanda Nara y Mauro Icardi: “Me está volviendo loco”

La separación entre Wanda Nara y Mauro Icardi no pasarán a la historia como una de las más pacíficas. Nada más anunciarse su ruptura, la empresaria comenzó una relación con L-Gante con el que había tenido algo años atrás en una de las rupturas con el futbolista.

El cantante argentino ha hablado de ello en el programa de ‘Cortá por lozano’. “Todo bien, todo tranquilo. Recién me habían preguntado sobre unos estados que publiqué en Facebook, son altas y bajas que puedo tener cuando me pongo a pensar en la noche, pero mi vida transcurre normal”, dijo en un primer momento sobre su vida.

L-Gante aseguró que todo esto del divorcio de cierta forma le está salpicando. “Mi vida en el día a día es una película, es muy complicado todo. Las cosas que para uno pueden ser normales, para mí son un quilombo. Cambié mucho el afecto hacia algunas personas, mi círculo. Me convertí en alguien más desconfiado de todo porque hay gente que me persigue en lo judicial. Se hizo costumbre ir a lo judicial y la verdad es que yo no me puedo dormir pensando si es verdad lo que están diciendo en la tele o si me van a meter preso mañana, me está volviendo loco”.

Uno de los asuntos en los que está directamente implicado es en la custodia de las hijas de Wanda Nara. Al parecer Mauro Icardi no quieren que las dos hijas que tienen en común tengan contacto con L-Gante.

“Me parece muy feo que se digan cosas así; por un lado, porque yo no estoy fumando más; y por el otro, porque si yo estuviera en el lugar de él, me sentiría deshonesto conmigo mismo. Es más fácil decir 'esta mujer no me da bola' y no echarme la culpa a mí”.

L-Gante y su primer beso con Wanda Nara

Antes de hacer esta intervención en Telefe, el cantante tuvo un directo con Martín Cirio y a este le confesó cómo conoció a Wanda Nara y cómo fue su primer beso. "Eran tres o cuatro de la mañana. Yo estaba con un amigo que me acompañaba porque ella estaba con su peluquero, Kennys, siempre charlando. Por teléfono me le intentaba conquistar, hablábamos de que nos queríamos ‘hacer percha’, pero después iba y no pasaba nada”, comenzó diciendo.

“Era la décima vez que iba y no ocurría ni un abrazo, mientras que por teléfono parecía todo lo contrario. Entonces, un día se hizo muy tarde y le dije: ‘Che, no tengo ganas de manejar hasta mi casa, ¿está bien si nos quedamos con mi amigo? En un sillón, donde sea’. Ella me dijo que sí y que me armaba un lugar. La acompañé para ver dónde me podía quedar a dormir y, de repente, se hace la bol*** y comenta: ‘Se apagó la luz’. Y yo pensé: ‘Ese es mi momento’. Y ahí nos dimos el primer beso”.