"He superado el examen de la grada de Chapín y es algo que le tengo que agradecer a la afición porque al final sí me supo reconocer el trabajo. Puede que mi función en el campo no sea muy vistosa pero pienso que es algo necesario para un equipo. Yo entiendo que es lo que debo hacer ya que es lo que me pide el entrenador. Por tanto, tengo que agradecerlo. Eso es lo que me gusta a mí, que el aficionado esté contento con mi trabajo. Si cada futbolista se marca ese objetivo, tenemos mucho ganado. Tener contenta a nuestra afición es fundamental para que un equipo ruede bien y haya buena comunión. El aficionado al final es muy inteligente. Si te dejas la vida en el campo, la grada te lo sabe reconocer y al final de la temporada sí que me sentí muy bien con el reconocimiento de la gente", señaló respecto a cómo se ha encontrado con el juicio emitido por la parroquia azulino en cuanto su rendimiento.
Y es que la plantilla parece que ha cambiado un poco el discurso porque "es verdad que si en una pretemporada no transmites al equipo ambición e ilusión por hacer algo fuerte de verdad, pues puede que la plantilla se te acomode. Es evidente que para conseguir metas importantes hay que ir partido a partido y sumando de tres en tres, pero lo que sí que es verdad es que tenemos que luchar por algo bueno y fuerte. Eso pasa por mirar al 'play off' e incluso al ascenso directo. ¿Por qué no? Hay que ir mirando hacia arriba, que el equipo sepa desde el primer día que tiene que luchar por cotas importantes".