El comunicado íntegro es el siguiente:
Ante el comunicado de los administradores concursales del Xerez Club Deportivo SAD inserto en la web oficial, en mi condición de Consejero de la entidad me veo obligado a hacer alguna precisión.
El Consejo de Administración del Xerez CD no se ha reunido porque no ha sido convocado y porque, de haber mediado convocatoria, difícilmente se hubiese podido constituir con el quórum necesario. Pero, además, son los representantes del grupo accionarial mayoritario quienes, en caso de pretender el cambio de la situación de suspensión a la de mera intervención, deben someterlo al Consejo. En tanto no se celebre un consejo no hay posibilidad de que prospere una propuesta en tal sentido, que hoy por hoy, en el estado de tramitación del concurso, carece de todo fundamento.
A la vista del comunicado, considero asimismo oportuno recordar a los administradores el principio básico en toda organización social de que la responsabilidad va unida al mando. En la actual situación de suspensión de facultades impuesta al Xerez CD, los administradores concursales son los únicos que tienen competencia de gestión: nadie más. Ni el Consejo, ni la Fundación, ni la Agrupación de Peñas y Abonados, ni la Federación de Peñas, ni los jugadores, ni los técnicos, ni los empleados del Club, ni la prensa, nadie. Ellos, los administradores concursales, son los únicos que deciden desde las contrataciones, renovaciones y bajas de jugadores y técnicos hasta los precios de abonos y entradas o la forma en que se realizan los desplazamientos, de ellos depende convocar una junta general de accionistas o suspenderla, su firma es la única que legitima cualquier pago, operación, gasto o transacción en la entidad.
Por ello, los administradores concursales son los únicos responsables de lo bueno y de lo malo. A ellos se debería un posible éxito deportivo o económico, pero igualmente ellos serían los responsables en un eventual fracaso.
En este sentido no puedo sino lamentar determinados puntos de este comunicado de los administradores concursales, en lo que parece un intento de descargar en distintos sectores del xerecismo una responsabilidad que es exclusivamente de ellos. De nadie más.