El césped de Chapín sigue preocupando bastante. A pesar de que se está intentando cuidar al máximo, el terreno de juego sigue sin tener el estado más óptimo. Las fuertes precipitaciones de los últimos días tampoco le han venido nada bien a un campo que ya se vio en el último partido en casa ante el Racing que ha pasado por tiempos mejores.
Tras ser resembrado hace algo más de un mes, el césped se está pisando lo menos posible por los jugadores. Las aguas de entonces y las de ahora no han llegado en buen momento y el césped se convierte nuevamente en un condicionante más.