El tono de la conversación estuvo siempre dentro de los cauces de la máxima cordialidad y mientras que los jugadores pedían al club que se pusiera de su lado de una manera clara -como finalmente hizo con el comunicado- en el asunto de las agresiones sufridas en la tarde del domingo, la otra parte pedía al plantel que fueran conscientes del momento tan delicado por el que atraviesa el club, provocado en parte por la situación clasificatoria.
Los impagos que están pendientes no son en este momento un punto de fricción porque a la plantilla se le hizo saber desde el pasado verano que podría darse el caso de que a partir de diciembre hubiera problemas con el cobro.