R. G. III JerezSigue el suplicio. Xerez y Hércules firmaron un partido penoso. Dos equipos que no jugaron a nada y aburrieron a las ovejas. Al final acabaron con un empate que alarga a 21 las jornadas sin ganar del cuadro azulino.
La primera mitad no tuvo ninguna intensidad. Los dos equipos estuvieron paseándose sobre el césped de Chapín. Ni ideas, ni intención, ni fútbol, ni nada que se le pareciese.
En los primeros diez minutos, dos tiros tímidos del Xerez por mediación de Rueda y Álvaro Rey. Poca cosa, nada de peligro. Sin ningún equipo mandando, el Hércules hizo tres jugadas trenzadas en la medular. Fue lo poco que se dejó ver. Si lo del Xerez es de pena por la situación deportiva por las jornadas sin ganar, por el desastre de la temporada, lo del cuadro alicantino... Con posibilidades de salvación, los de Quique Hernández poquito expusieron en Chapín. Daba la sensación de que se conformaban con la igualada con la que acabó el choque.
En el minuto 22, un centro chut de Álvaro Rey que despejó Falcón a saque de esquina fue la acción más peligrosa de los azulinos. Porcar, en el 40, lo intentó desde fuera con un lanzamiento que salió desviado. Dos minutos más tarde, el mediapunta tambien probó fortuna desde media distancia.
En la segunda, el Hércules empezó a tener una mayor presencia en el centro del campo con la entrada de Diego Rivas. Pero tampoco es que fuera que los visitantes dominasen y tuviesen el control. El choque seguía bajo mínimos de calidad futbolística y daba la sensación de que aunque estuvieran tres días jugando, nada iba a pasar.
Y así fue, el resultado no se cambió. En un partido precedido por la polémica por el tema de las apuestas, la apuesta fue a la igualada. Los dos equipos se conformaron con el resultado. El Xerez, que si quería soñar con un milagro estaba obligado a ganar, no arriesgó nada. No buscó la portería contraria y no tuvo las ocasiones para poder conseguir una victoria que no logra desde aquella primera vuelta en el Rico Pérez ante el rival de esta tarde.