Cierto es que la plantilla del Xerez llevaba tiempo preparada para lo que este viernes se ha confirmado, el descenso matemático a Segunda B. Pero hay gestos que no por ello son excusables.
El más simbólico y grave es el de Sidi Yaya Keita, que, como puede comprobarse en la imagen, se mostró indolente tras la definitiva derrota a manos del Córdoba. Sonriente, divertido, bromeando con los colegiados... así se mostró el de Malí, un jugador que no se caracteriza, precisamente, por su sentido grupal pese a que ya vistió el escudo del Xerez en una etapa anterior, en la élite nada menos.
En la foto se aprecia también a Toni retirándose cabizbajo a los vestuarios. Eso sí, no hubo lágrimas sobre el césped, algo sobre lo que fue interpelado Carlos Ríos en la sala de prensa: "Son situaciones que cada uno lo vive de una manera. No creo que se pueda medir porque una persona suelte lágrimas o no. Estamos súper fastidiados y de eso no hay ninguna duda, independientemente de que haya lágrimas o no", respondió el técnico azulino.