Independientemente de los problemas institucionales, la plantilla se ha visto enredada en un asunto que, de haber sido denunciado en voz alta y en su debido momento, no habría levantado polvareda. El secretismo, las contradicciones, no hacen bien a unos jugadores que, hagan lo que hagan, están expuestos al fantasma de la sospecha. Es el fruto de una siembra maldita.
En la jornada anterior, el Xerez jugó un papel bastante digno poniendo en aprietos en Castellón a un Villarreal que necesitaba ganar para alcanzar el segundo puesto. En esta ocasión, las urgencias del Huesca son referidas a la permanencia y su esperanza pasa por ganar obligatoriamente a los azulinos y esperar a que el Mirandés no lo haga en Córdoba. Es su única esperanza, y para ello contará con un estadio a rebosar.
Es el último desplazamiento del Xerez este curso, pero nadie sabe si este mismo escudo podrá ser defendido la próxima campaña en campos de la Segunda B. Existe incertidumbre acerca del futuro inminente, y en lo deportivo, para más inri, hasta el honor está rodeado de suspicacias. En cualquier caso, quedan dos platos de mal gusto por servirse. El primero, esta tarde. Un encuentro para el que Carlos Ríos ha recuperado a Mendoza y ha dejado sin citar a Barber y en el que podría tener minutos el canterano Marcelo, que acumula once convocatorias consecutivas.
Alineaciones probables
SD Huesca: Zabal; Diogo, Helguera, Echaide, Camacho; Núñez, David López, Lázaro, Pacheco, Miguel; y Tariq.
Xerez CD: Toni; Cámara, Galán, Bouzón, Redondo; Bruno Herrero, Lucas Porcar; Álvaro Rey, Marquitos, José Vega; y Bodipo.