Le llega, pues, la oportunidad de competir en la élite a los 29 años, ya que aunque el Mallorca le fichó en 2008 no llegó a tener minutos con los bermellones en Primera. Su estancia en el Celta fue en la división de plata.
En Chapín marcó seis goles en su primera campaña, en la que fue un fijo disputando 40 encuentros de liga en Segunda.
Esta temporada, en tierras gallegas, ha actuado curiosamente como delantero debido a la lesión de Mauro Quiroga. Y lo cierto es que el madrileño ha respondido con creces. Tanto, que jugará en la máxima categoría con un recién ascendido.