¿Ha vuelto el Arsenal este año?

Por José Miguel Carretero (@carreterojm8) IIISi en el país del fútbol existe un equipo en el que la dirección deportiva sea fiel a una filosofía de juego y de club, ese es el Arsenal comandado por el ya mítico Arsène Wenger, el ideólogo de todo. Algunos dirán que gana muy poco para lo que puede tener sobre el césped y otros argumentarán que su inquebrantable filosofía de juego perdurará más en la historia que los títulos.

Han pasado demasiados años desde aquel glorioso equipo del norte de Londres que ganó invicto la liga inglesa en la temporada 2003-2004 con el entrenador francés al mando. En estos años ha caído más veces de las previstas por ser fiel hasta la obsesión a una ilusionante ideología futbolística en la que falta pragmatismo y experiencia para disputar de verdad los títulos más trascendentales, pero que lo ha hecho único, reconocible y admirado en todo el mundo.
La cartera le permitiría apostar por casi cualquier futbolista clave del mundo, pero siempre (o casi siempre) deben tener un perfil de juventud, talento individual, margen de mejora y dinamismo asociativo para vestir la camiseta. Captar jóvenes talentos para su cantera (algunas veces de formas más elegantes que otras) es otro pilar básico de este grande de Europa que tiene en su ADN dar confianza a las perlas más nóveles de su plantilla como ningún otro equipo con sus exigencias competitivas. Lo mejor es que es algo intrínseco ya en el aficionado gunner que asimila como algo natural tener en su primer equipo a jóvenes imberbes con mucha continuidad (ojo este año a los Gnabry, Eisfeld, Gedion…).
Una vez más, parece en este inicio de curso que el Arsenal es candidato a estar en la terna de equipos que peleen por lo más alto, pensando en que no volverá a caer en falta de competitividad en los momentos claves de la temporada, o al menos eso está intentando demostrar en los primeros compases donde parece aprendió a ganar sin necesidad de ser brillantes siempre. Analizándolo línea por línea, todavía persisten errores de la temporada pasada, pero su fabuloso centro del campo le da ese salto cualitativo que le va a permitir ganar muchos más partidos que el año anterior, siendo sin comparación la mejor línea medular de toda la Premier League y una de las mejores de Europa.
Al igual que el año anterior, su portería pide a gritos un aumento de nivel que no se ha llevado  cabo. En defensa, su parcela más débil sin duda, su pareja de centrales Mertesacker-Koscielny tiene tan buen dominio y salida de balón como falta de contundencia, al menos hasta que el central belga Vermaelen vuelva a recuperar su sitio en el once titular, algo que ayudará a la consolidación de esta línea pero que aún así estará lejos de ser una de las defensas más fiables del campeonato. Los laterales aportan velocidad y mucho recorrido ofensivo (como no podía ser de otro modo en un equipo ideado por Wenger), la esperada materialización en buen futbolista de Gibbs parece que es por fin una realidad esta temporada, aunque el exmalaguista Monreal es más completo que el canterano en esa demarcación.
La línea atacante carece de un nueve de nivel mundial que es lo que demanda un histórico de tanto poder adquisitivo como el Arsenal y que no ha sabido fichar tras la pérdida de Van Persie hace dos años, pero parece que el internacional francés Giroud ha empezado más enchufado que nunca y con confianza es un futbolista notable en el que el entrenador tiene fijación. En la delantera tan sólo el velocista Theo Walcott marca verdaderas diferencias y este año deberá hacerlo aún más beneficiándose de la tremenda visión y precisión en el juego de sus compañeros de mediocampo.
Y llegamos por fin a la maravillosa línea de centro del campo que ha conformado y que lo distingue de cualquier club de la Premier. La mayoría de sus integrantes ya pertenecían al equipo el año pasado pero, o  no estaban en su mejor momento, o no se habían adaptado, o las lesiones los lastraban. Este año los valiosos Arteta y Wilshere ganan en sus prestaciones con la esperadísima recuperación del enorme Ramsey canalizando el juego del equipo y la llegada sorpresiva para todos de un crack mundial como es Mesut Ozil, quién sin duda ya ha empezado a marcar diferencias desde el minuto uno. Para mí, Cazorla puede estar en el mismo nivel del alemán, pero necesitaba rodearse de fenómenos como Ramsey y Ozil para desprender todo el genio que puede dar. Hacía falta un mediocentro defensivo, también asociativo obviamente, que pudiera aguantar tácticamente tanto talento concentrado en el resto de la medular, y el regreso del francés Flamini es un acierto si recupera su mejor forma, un jugador que no necesita adaptarse pues conoce perfectamente la casa y el manual de instrucciones.  El músculo lo debe poner Diaby cuando se recupere totalmente de su lesión.
El paso de los meses nos dirá si por fin ha vuelto un gran Arsenal…
 
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