El miércoles 3 de julio de 2013 se culminó el acuerdo entre Joaquín Morales y el grupo Energy para acceder al poder del Xerez. Con Ricardo García a la cabeza, la entidad azulina comenzó un nuevo proyecto mal visto por casi todo el mundo desde el primer día. Y aún hoy, por la falta de hechos, son pocos los que creen en este grupo.
En el cambio de poderes, muchos marrones por delante: Hacienda, Seguridad Social, empleados, jugadores... y el Ayuntamiento. Y el lío con el aval que acabó con el descenso administrativo del Xerez a Tercera por impago y que aún no ha quedado muy claro.
Morales, con varias etapas al frente de la entidad jerezana, decidió incumplir su palabra y ceder el testigo a Energy, que todavía intenta sin éxito que la afición siga sintiendo los colores de su equipo. Ricardo García está recibiendo muchas críticas y casi ningún elogio a su labor y, lo que es peor, el futuro no es muy halagüeño. Tres consejeros se fueron hace unas semanas y el grupo se ha quedado en cuadro.
Todo ello con la permanente sombra de la posible desaparición del club, unido también a la exitosa creación del Xerez Deportivo FC.