Gabriel Galán III SevillaQuien se asomase este domingo por la Ciudad Deportiva Luis del Sol, nunca pensaría que uno de los contendientes sería el primer equipo del Xerez CD. Quizás su filial o el juvenil de División de Honor. Luego comprobó que no hay más cera que la que arde, y que de la ilusión de los chavales azulinos (esta vez de rojo) se pasó al esperpento. Parte de culpa la tuvo el colegiado Montijano Linde y otra parte el escaso nivel de la plantilla y de su entrenador para enderezar el rumbo.
Y es que a este Xerez ya puede tener a Mourinho y estar regido por Florentino que no lo salva nadie. Sin obviar la crisis institucional, que influye bastante, el nivel del Xerez y, sobre todo, los resultados en las últimas jornadas sólo hacen pensar en un futuro negro, en Primera Andaluza o con el chiringuito cerrado. Ha costado pero ya puede decir que está en descenso, aunque sea virtual por los tres puntos sumados por el Sevilla C tras la retirada del Ayamonte. Da igual. Antes o después iba a llegar este día.
Y eso que en el barrio de Heliópolis pareció que la historia tendría una pinta bien distinta. Otra vez con varias caras nuevas en el once (Fali, Dailos, Emilio), el Xerez se asomó de inicio como un equipo agradable, con un Kevin líder y que podría rendir más en otro lugar. Tras cortar el central una contra bética, creó otra a favor que acabó con Emilio delante de Javi Montoya. Su golpeo no fue exquisito, pero valió para hacer el 0-1.
Fueron los mejores minutos del Xerez en mucho tiempo, pero la alegría duró poco. Lo que quiso el árbitro que durara. Primero expulsó a Nico por dejarse caer en el área local (fue trastabillado por varios rivales) y a continuación concedió el 1-1 tras partir Juanma en un claro fuera de gol. Incluso el técnico verdiblanco, Óscar Cano, dio tras el encuentro la razón al cabreo azulino.
En inferioridad, el Xerez ya no fue el mismo y el Betis B mejoró. Tras la reanudación, los locales sacaron provecho de la estrategia y del cansancio visitante, sin arreglo desde el banquillo. Juanma, no más allás del 1,60 m, hizo doblete con un cabezazo en el área pequeña y Sofian despejó si había alguna duda poco después, también a bocajarro.
Higuera, que se hartó de dar voces a Guerrero, no encontró una solución para cambiar el rumbo. Porque pasó a un 5-4-1 fuera de sitio, inoportuno y ramplón. Luego recibió un duro castigo en forma de tres goles más (Marc Mas, Lolo y un perfecto lanzamiento de falta de Varela, internacional en categorías inferiores con España). Y remató su trabajo con una negativa a hablar tras el partido. Y es que 6-1 escuece, duele, sobre todo para la imagen Xerez CD, que o da un giro radical en todos sus estamentos (plantilla, banquillo, dirigentes...) o va camino de la desaparición. Porque el esperpento en Sevilla, con este Xerez, volverá a repetirse. Ya estén Mourinho o Florentino...