Fueron unas últimas horas muy movidas y a la vez ilusionantes. Padres, jugadores, cuerpo técnico, el delegado del primer equipo, Paco Barea, y allegados movieron cielo y tierra para encontrar la cantidad necesaria para poner rumbo a Almería. El dinero llegó y el viaje se produjo.
Luego, en lo deportivo, el Xerez Juvenil sacó un gran punto en su lucha por la permanencia que le ha valido, de momento, para abandonar los puestos de descenso. El equipo de Pepichi Torres ya volvió a casa, orgulloso del trabajo, de la unión y de su sentimiento por el Xerez. Una buen espejo donde deber mirar el propio club azulino.