De hecho, el Xerez no gana desde el mes de noviembre, todavía con Puma en el banquillo y con el goleador Iván Aguilar como gran protagonista. Fue en Lebrija (0-1), en un momento en el que los azulinos, tras sumar cuatro victorias seguidas, ya metían miedo a los rivales por el play-off.
Pero desde esa fecha, más de una vuelta después, toda ha ido a peor y la caída parece no tener fin. Tres empates y 13 derrotas, diez de ellas de forma consecutiva, son un lastre demasiado grande. En las cuentas no entra el paréntesis de los tres puntos sumados por la retirada del Ayamonte y ahora se asoma en el camino un calendario decisivo.
Además de La Palma, Pozoblanco y el aplazado ante el Cabecense antes de finalizar la Semana Santa. Tras las fiestas, el Xerez podría haber resucitado o con los dos pies en Primera Andaluza.