Al parecer, un aficionado ha recriminado a este asistente que no señalara un penalti a favor del Xerez y el árbitro ha decidido parar el choque antes de que la situación fuese a mayores y pedir presencia policial.
Una vez que llegue la Policía, será el propio Risueño Romero el que dictamine si el encuentro se da por suspendido o habrá que jugar los 22 minutos que aún le restan por disputar.