Redacción III San Roque La vida del Xerez en Tercera tendrá su punto y final dentro de unas semanas tras consumar en San Roque su descenso a Primera Andaluza. No por esperado es doloroso, sobre todo por lo que puede suceder en el futuro de la entidad. Un acta de defunción firmada el 26 de abril de 2014, aunque escrita hace varios meses. De nada vale ya mirar al pasado, a la época en Primera o la ilusión en Segunda. La realidad es otra, muy negra. O hay alquien en la RFEF al que le dé lástima el Xerez o las horas de este club están contadas.
Porque la vida del Xerez, a pesar de que hay una afición detrás con ganas de seguir sobreviviendo, es muy corta. La que quieran sus dirigentes, Ricardo García y su grupo Energy, o lo que intenten hacer en la Gestora. Si en Madrid ayudan, habrá Xerez más tiempo. Si deciden continuar con la hecatombe, las puertas se cerrarán
Quienes no son culpables de este descenso son estos chavales que sí lo han dado todo por el equipo de sus amores y que van a llorar como nunca. Pero esto es el fútbol. Higuera no ha podido levantar una nave que se ha ido hundiendo poco a poco, sin soluciones. Aunque también pasará a la historia como el entrenador que acabó en Primera Andaluza con el Xerez, sea más o menos culpable.
Al final el resultado en San Roque fue quizás lo de menos. Hubo un paso atrás en el peor día y el equipo lo sufrió. Al Xerez le costó muchísimo dar dos pases seguidos, ante un San Roque sin nada en juego pero con más calidad. Eso sí, David asustó con un cabezazo en plancha poco antes de que el conjunto local diera primero. Javi Catalán batió a Perico y el golpe pudo ser mayor con un penalti que el propio portero azulino detuvo a Albi.
Al Xerez se le acababa su vida en Tercera poco a poco, casi sin remedio. Higuera pidió un mayor esfuerzo a los chavales, pero no para aumentar la tortura, sino por convencimiento de que en San Roque podía salir con el triunfo. Luis Fernando sí lo entendió y tras la reanudación llevó la ilusión a la hinchada visitante. pero ya se sabe que la alegría dura poco en casa del pobre y Ezequiel volvió a adelantar a los locales casi sin tiempo para festejar el 1-1.
Y si el Xerez acusa un golpe, dos ya no tiene solución. El equipo de Higuera hincó la rodilla muy pronto, esta vez sin apenas inquietar al portero del San Roque. Es más, los de Manolo Muiño dieron la puntilla en una falta directa lanzada por Antonio Jesús. Incluso el chaval Víctor tuvo tiempo para ser uno de los más felices en una de las tardes más negras en la historia del Xerez, un club que bien podría patentar ese dicho de 'entre todos lo mataron y él solito se murió'. Su acta de defunción ya está firmada.