Sobre la continuidad de la asociación comenta Cristóbal que "depende primero de que la sociedad permita que el club siga compitiendo y no se pida la disolución. Si la sociedad lo permite tenemos una estructura y la idea es seguir compitiendo en Primera Andaluza y mantener los equipos filiales. Con tiempo puede ser factible y no como ahora, que entramos deprisa y corriendo, aunque hemos echado un cable en lo que hemos pedido. Si la justicia nos ayuda, podemos estar en Segunda B".
El presidente tenía claro cuál era el destino del club como consecuencia, según su versión, de las chinas que se ha ido encontrando por el camino en la presente campaña: "Siempre cuando hemos mirado a Cádiz pensando que éramos mejores y ahora ellos, con el lío que tienen, no han abandonado el club, cosa que aquí sí ha pasado. Aquí la entrada de Ricardo no ha venido bien, pero yo nunca pensé que un club tan histórico se le iba a condenar a bajar a Tercera y que no iban a darle ni agua en ningún momento. Lo del descenso tenía que pasar sí o sí".
La duda está en saber qué haría Ricardo García si el club regresa a Segunda B, si seguiría al margen o si volvería al primer plano. Cristóbal no teme que, llegado el caso, reciban la patada del sevillano: "Bienvenido sea que el equipo se quede en Segunda B aunque nos dé una palmadita en la espalda para que nos vayamos. Pero yo creo si hacemos un buen trabajo y el equipo juega en Segunda B, seguiríamos estando en el club. Es la sensación que tengo. Yo he visto xerecistas llorando por ganar un partiod este año y si él ve conveniente dar un paso al lado en Segunda B, ahí estamos".