En Brasil la empresa Shell crea el primer campo de fútbol del mundo con un sistema de iluminación que funciona con la energía de los propios jugadores mientras están jugando el partido, el terreno se inauguró por el tricampeón del mundo, Pelé.
El lugar es el más inesperado, la favela del Morro da Mineira, en Río de Janeiro. Este estadio está compuesto por 200 placas cinéticas que se esconden debajo del césped, los movimientos continuos de los jugadores son captados, que directamente son transformadas en luz.
Se empezó a construir junto a los niños de la zona que ayudaron a montarlo a la vez que le explicaban la lógica de su funcionamiento.
Además de las placas de energía cinética, el campo cuenta en el techo de las gradas con placas de energía solar, una cubierta que ha sido sustituido por la anterior que se encontraba perforada por algunos impactos de bala.