Los jugadores de la selección de Hungría compraron 1.200 entradas para sus seguidores para el encuentro contra Rumanía en Bucarest del próximo 11 de octubre, en un intento de reconciliarse con su afición tras la derrota contra Irlanda del Norte en su debut en la fase de clasificación de la Eurocopa 2016.
"Después de la derrota decepcionante frente a Irlanda del Norte les propusimos (a los jugadores) que sería un gesto pagar las entradas", explicó a la prensa Marianna Molnár-Tóth, una de las organizadoras del traslado de los hinchas húngaros a Bucarest. Las entradas para la segunda jornada de calificación han costado unos 5.800 euros a los jugadores -cada uno ha pagado unos 320-, que con este gesto quieren firmar la paz con sus seguidores más fieles. Tras el 1-2 en casa contra los norirlandeses, el seleccionador Attila Pintér fue despedido y sustituido de forma interina por Pál Dárdai, que dirigirá a la selección húngara en los próximos tres partidos de la fase de clasificación, contra Rumanía, Islas Feroe y Finlandia. Hungría no se ha calificado para un torneo internacional desde el Mundial de México 86 y su selección ocupa actualmente el puesto 54 en el ránking oficial de la FIFA.