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Un partido de la Concachampions acaba en batalla campal

Gabriel Galán

El partido entre el Cruz Azul y el Alajuelense de los octavos de final de la Copa de Campeones de la CONCACAF disputado en el estadio Alejandro Morera acabó en una batalla campal, con golpes, puñetazos y carreras una vez que el colegiado decretó el final del encuentro.

Todo se desencadenó en una jugada de ataque del equipo mexicano. Jesús Corona, guardameta de Cruz Azul, subió a rematar un saque de esquina en la recta final del choque y, al no encontrar el gol del triunfo, se volvió hacia su portería. En el trayecto se encontró con un jugador rival a quien agredió con un puñetazo en el abdomen. La acción no pasó desaparcibida para los jugadores del Alajuelense, que se tomaron la venganza una vez que acabó el partido. A partir de ahí los golpes fueron unos protagonistas más del envite.  Varios aficionados locales también se unieron a la batalla aunque los jugadores del Cruz Azul fueron rápidos en su marcha a los vestuarios para evitar males mayores y que no ocurriera una tragedia. El empate a uno dejó fuera los mexicanos que no podrán revalidar el título en esta Concachampions.
La pelea tendrá consecuencia deportivas y económicas para los protagonistas, aunque algunos de ellos ya han salido a la palestra para pedir perdón por lo sucedido. Formica, del Cruz Azul, uno de los jugadores más activos en esta batalla ante el Alajuelense, subrayó que acatará la sanción que le sea impuesta: "Nosotros no empezamos la pelea, el número 12 (Johnny Acosta) fue el que le pegó al Maza (Rodríguez), saltando, tirándole una patada y por eso reaccioné de esa manera. Estábamos tranquilos para calmar las cosas, cuando yo lo veo al número 12 me salió de adentro y me arrepiento. Asumo la responsabilidad, no tengo ningún problema, le pido disculpas a la institución, al cuerpo técnico a todos, a la afición, no soy un ejemplo para nada, no fue profesional lo que hice.
El guardameta Corona siguió las mismas palabras que su compañero Formica: "El jugador también me estaba provocando pero no pasó nada, por eso el árbitro simplemente me amonestó. En ningún momento después del partido me involucré en la bronca, en el conato, simplemente traté de calmar, de separar".

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