El Sport de Recife, equipo de la Primera División brasileña, se ha convertido en pionero del mundo de la seguridad en el fútbol. Su iniciativa de poner a varias madres de aficionados del equipo está causando furor en las redes, con el gran objetivo de acabar con la violencia.
Hasta 30 nuevas agentes se dieron cita en el último partido ante el Náutico, con resultado favorable para el Recife (1-0). Estas jefas de seguridad, perfectamente ataviadas con sus chalecos amarillos, se dispusieron alrededor del terreno de juego para evitar males mayores.
"La idea era concienciar a los aficionados más radicales y ayudar a mantener la calma en los estadios", indicó Aricio Fortes, vicepresidente de Ogilvy. Lo más importante para el Recife, junto al 1-0, es que no hubo incidentes ni altercados.