El partido de la Premier entre el Hull City y el Sunderland ha dejado una de las imágenes más lamentables de la temporada en la liga inglesa. Los entrenadores de ambos equipos, Steve Bruce y Gustavo Poyet, casi se lían a golpes tras un enfrentamiento fuera de sus respectivas zonas técnicas.
Tuvo que ser el asistente principal del partido el encargado de separar a ambos y de evitar males mayores. Bruce saltó cuando el exjugador de Zaragoza y Chelsea, entre otros, una vez que estaba expulsado, aplaudió de forma irónica uno de sus comentarios.
Poyet se marchó a uno de los palcos del estadio para seguir desde ahí el resto del partido que finalizó con empate a un gol.