El Nápoles retomó el camino de la victoria tras el revés encajado ante el Empoli, para sonrojar en San Paolo al Milan (3-0), que permite al cuadro de Rafael Benítez acechar la tercera plaza de la Liga de Italia, en manos ahora del Lazio.
El cuadro napolitano, de paso, acentuó la crisis milanista, que sumó su quinto encuentro sin conocer la victoria. Dos puntos logrados sobre quince que le ha anclado en la décima plaza, sin ambiciones en lo que resta de temporada.
El choque, no obstante, estuvo marcado por la expulsión de Mattia De Sciglio a los dos minutos de partido, que supuso, además, un penalti a favor del cuadro local que marró el argentino Gonzalo Higuaín.
Con diez futbolistas, el equipo de Filippo Inzaghi mantuvo el tipo hasta el minuto 70, cuando el eslovaco Marek Hamsik derribó la resistencia visitante y batió al español Diego López.
El Milan se rompió y el Nápoles aprovechó la situación para ampliar su renta. Marcó Higuain a pase del belga Dries Mertens y después, Manolo Gabbiadini anotó el tercero y sentenció el choque. Tres goles en siete minutos que enterraron las esperanzas milanistas y estimularon al Nápoles.
La jornada resultó fructífera para el equipo de Benítez, que a falta de cuatro jornadas para el final se sitúa a cuatro puntos del Lazio, tercero, que no pasó del empate en el campo del Atalanta.
Es el objetivo del Nápoles para poder disputar la próxima edición de la Liga de Campeones. El jueves se enfrenta al Dnipro ucraniano en la semifinal de la Liga Europa, la otra vía de que dispone para formar parte de la máxima competición continental en el curso venidero. EFE