El delantero del Barcelona Lionel Messi no cree que las numerosas bajas que tiene el Bayern de Múnich en la eliminatoria de semifinales de la Liga de Campeones que empieza mañana en el Camp Nou pueda servir de excusa si finalmente caen eliminados.
"Tanto el Barcelona como el Bayern son dos equipos muy grandes, con mucha historia y con planteles muy importantes, aunque tengan jugadores lesionados. Eso no puede servir de excusa", ha opinado en rueda de prensa.
Hace dos temporadas, el propio Messi jugó mermado la ida y fue baja por lesión en la vuelta de las semifinales de la Champions, también contra el Bayern, que eliminó a los azulgranas por un global de 7-0.
"No fue una excusa para nosotros, en ese momento, y creo que tampoco puede servir de excusa para el Bayern, ahora", ha apuntado al respecto.
Messi ha reconocido que la eliminación en 2013 fue especialmente dolorosa para el equipo, pero que mañana no habrá ánimo de revancha: "Tenemos ganas de enfrentar esta eliminatoria por lo que significa. Si bien, nos dolió cómo caímos en aquella semifinal, ya pasó mucho tiempo de eso, el equipo es diferente y nosotros llegamos de otra manera".
Esa "otra manera", según el rosarino, es la óptima para eliminar esta vez al conjunto bávaro: "Las sensaciones son muy buenas, hemos ido de menos a más durante toda la temporada, físicamente nos encontramos muy bien y estamos con ilusión y ganas", ha destacado.
La comparecencia de Messi en la previa de la Champions generó tal expectación mediática en Sant Joan Despí que desbordó las previsiones del club y el aforo de la enorme sala de prensa de la Ciudad Deportiva.
El Messi de hace unos años seguramente habría contestado aterrado, con monosílabos, la batería de preguntas, en cuatro idiomas, de los periodistas. Pero ahora es una persona mucho más madura -va a ser padre por segunda vez- y un futbolista que ha ido evolucionado hasta convertirse en el número 1, al abrigo de técnicos como Pep Guardiola, con el que se reencontrará mañana en el banquillo rival.
"Desde que se fue Pep, creo que hemos coincidido solo una vez en una gala de la FIFA, pero cuando estuvo acá tuvimos una relación muy buena y aprendí mucho de aquella etapa. ¿Si me conoce bien? Creo que no solo a mí, sino a todos, incluso los que no estuvieron con él también, porque es un entrenador que lo estudia todo. Pero nosotros también lo conocemos bien a él", ha aseverado.
Messi entendería que, mañana, el Camp Nou le rindiera un espontáneo homenaje a Guardiola, "por todo lo que ganó, lo que dio al club y porque es de la casa", pero está convencido de que "cuando empiece el partido la afición alentará al equipo" y su exentrenador se convertirá en un rival más.
En esta eliminatoria, el crack argentino no ve un favorito y se ha mostrado cauto cuando se le ha preguntado por las opciones del Barça de Luis Enrique de repetir el triplete que consiguió con Guardiola en 2008.
"Las sensaciones son muy buenas, pero hay que ir con tranquilidad, pensando en el siguiente partido sin ir mas allá. Sabemos que queda poco para que se termine todo y que estamos muy cerquita pero aun quedan partidos importantes por jugar. Mañana, sin ir más lejos, afrontamos una eliminatoria durísima para estar pensando ya en la final de Berlín o en levantar la Copa", ha advertido.
El Messi perdido que se vio la pasada campaña y cuya suerte corrió paralela a la de un equipo deprimido que firmó un año en blanco, ya es historia.
"La verdad es que, el año pasado, fue difícil para mí, por todo lo que me tocó vivir, tanto dentro como fuera de la cancha. Caer lesionado, volver, y no sentirme como yo quería. Cuando empecé este año, por suerte, todo fue diferente y me he encontrado muy bien durante todo el año", se ha sincerado.
A estas alturas de temporada lleva 51 goles y 19 asistencias, pero él insiste en que no le obsesionan los récords y premios individuales, "porque se dan por el gran año que ha hecho el equipo si se consiguen los objetivos".
Su enfrentamiento con Luis Enrique, a principios de temporada, hace tiempo que está olvidado: "En su momento ya lo aclaré, después de lo que pasó no tuvimos ningún problema más. Nuestra relación es buena, la normal que él tiene con el resto de compañeros".
Además, se siente como nunca formando parte de un tridente de lujo junto al brasileño Neymar da Silva y el uruguayo Luis Suárez, que entre los tres han firmado ya 108 goles en esta campaña.
"Jugar con dos de los mejores del mundo facilita las cosas. A Ney ya lo conocía (del año pasado) y Luis es una persona impresionante que se hizo con el vestuario y con el grupo muy rápido. Los tres nos entendemos muy bien, tanto dentro como fuera de la cancha, y disfrutamos mucho juntos", ha destacado.
Además, ha dejado claro que Luis Enrique potencia esa química entre los tres dándoles "libertad" para moverse por la delantera a su antojo. "Y yo tengo también la libertad de decir si juego abierto o me meto en medio para ser un más para tener la pelota", ha concluido.